Respuesta a propósito de la noticia
aparecida (4-8-2010) en “Pasión en Sevilla” de ABC sobre la recuperación de un
azulejo del Gran Poder, obra de Manuel Vigil-Escalera Díaz (c1917), rescatado
de una subasta en la red por un donante anónimo y colocado en la pared
inmediata a la fachada de la iglesia del Convento de Santa Rosalía de Palermo
de Madres Capuchinas de Sevilla, que llevó a cabo su Cofradía en conmemoración
de la estancia de las imágenes de sus Amantísimos Titulares en el cenobio
mientras se efectuaban obras en la Basílica, y el cariz de algunas respuesta,
en particular la de un tal “Manguilla”, echándole en cara –de forma falaz e
ignominiosa- a la Corporación penitencial el gasto por tal acontecimiento.
Un
ejercicio de postmarxismo “cofrade” en estado puro –tantas veces fomentado por
la Iglesia y aplaudido tan interesadamente por los de siempre, de dentro de las
cofradías y de fuera- que me tiene hasta las narices, y del que hacen gala
algunos que no se enteran o, y creo que es lo cierto, no se quieren enterar.
Enterarse de una vez por todas de la realidad –lo que requiere observar y
pensar, o sea no papagayear a base de consignas y prejuzgando-: que todo este
tipo de gastos –por otra parte tan contenidos y “fiscalizados” por la opinión
pública- no hacen sino generar riqueza económica –dar de comer a gente honrada
que a estas Artes Suntuarias tan hermosas y delicadas se dedican o auxilian-
además del enriquecimiento espiritual y estético que suponen, no ya individual
y personalmente sino colectivamente como ciudad y sociedad.
Una sociedad de
individuos libres más abierta, más viva civilmente y menos encorsetada por las
iniciativas de las diversas administraciones y el tutelaje oficial, mal llamado
“público” -con mendacidad y toda la aviesa intención de tergiversar y engañar-
donde debiera decir estatal o político.
“Es desolador el nivel de los
comentarios. Maringuilla, mi arma ¿por qué no te metes en la página de Charitas
parroquial? Hasta los tuétanos del postmarxismo más cutre. Sería incluso
divertido si no fuera una canallada más. ¿Vendemos el paso del Gran Poder para
dárselo a los pobres? Es que me repugnáis hasta la náusea.”
Es lamentable que no conserve la
hemeroteca de “Pasión en Sevilla” las respuestas a las noticias y artículos,
aunque de esta forma, en cambio, nos ahorremos el penoso trance de comprobar el
inmenso erial intelectual en que han transformado la sociedad de España el
pensamiento único y la corrección política, tan caros a todos los ingenieros
sociales, modeladores y moldeadores de conciencias que nos afligen e intentan
controlarnos a nosotros y a nuestras vidas.
No ya siquiera en la mayoría de las
respuestas se nota la ausencia del mínimo atisbo de pensamiento racional, bien
analizando bien sintetizando, es que ni el más rudimentario trazo de sentido
común aparece. Todo se resume mayormente en un turbio baño de buenismo
compuesto por un raciocinio intuitivo al modo infantil como bañera
antideslizante, un permanente wishful thinking como suave champú antiescozor,
una repetición de consignas como blanda esponja mental hipnótica, una carga de
prejuicios acotadores y paralizantes como el efecto de un frotado masajeante,
más, en fin, las inevitables pompas de un aire de superioridad moral que no es
hija sino del resentimiento y de la envidia, y que tan bien marida con el
rencor.
Imprescindibles:
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