(Desde el Xerez del Jerez-Xérès-Sherry
al del “Ya’hta’quí Heré’” postnacionalsocialista)
Comentario en una red social a
propósito de la muerte de Pepe Mata, genial cochero de la tierra. El irrepetible
auriga Don José Mata Aparicio (Jerez de la Frontera, 19 de Marzo de 1931-10
de Octubre de 2012).
"Irreparable pérdida de un grandioso
cochero que formó parte junto con Robles, Carrasco y Pinteño de un cuarteto
mítico de aurigas de la tierra, de inigualable maestría sobre el pescante, con
las riendas o a la voz, y que alcanzó su madurez artística en los últimos años
del siglo anterior. Quizás, de los cuatro, este Pepe Mata sea el de más
pellizco, el de más duende. Páginas bellísimas escribieron los cascos de sus
nobles brutos y las ruedas de sus coches sobre el albero de la Plaza de Toros
de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla durante la anual Exhibición del
Real Club de Enganches de Andalucía o en el incomparable marco de la pista del
pabellón del Jockey Club –preciosa y delicadísima creación del genial
arquitecto jerezano Hernández Rubio- durante el Concurso Exhibición del
Depósito de Sementales de la Remonta de Caballería durante la Feria de Jerez de
la Frontera. Pero si algo me impresionaba hasta la delectación y el embeleso
era topármelos en el universal Real de la Feria de Sevilla o en el incomparable
marco –antes de las bajunas degradaciones
estéticas a que ha sido sometido- del de la de Jerez con sus templetes de
fundición del Casino y Municipal (también de Hernández Rubio) y los
irrepetibles, sublimes –casetas ensoñadoras- pabellones de González y Domecq,
surmontados por el mar del verdor de los plátanos antiguos; topármelos, digo, llevando un enganche con
toda la elegancia, tronío y majestad de las que sólo es capaz la tierra y los
hombres de esta nuestra Andalucía La Baja, y por supuesto que además siempre
eran a la calesera -como corresponde a la ocasión- y, mayormente, las clasiquísimas quintas a la
media potencia.
Descanse en paz D. José. Y no voy a
decir como dicen ahora los horteras “donde quiera que esté”. Porque Vd. Sr.
Mata seguro que está en el Paraíso, del que nos dio un adelanto en la Tierra
conduciendo coches de caballo. ¡Pero, por Dios, hombre, si seguro que lo
recibió con las Puertas abiertas San Pedro! Si no quién se iba a hacer cargo de
los caballos angélicos del Carro de la
Fe Triunfante en los tiempos descreídos que corren. ¡Anda que no va a ir bien
ni na’ Su Divina Majestad con semejante
auriga en tan celestial pescante! Esto que viene escribí hace tiempo sobre la
Feria de Jerez y que al caso viene. Con toda mi admiración: ¡Va por Vd. artista
inconmensurable!"
A todos mis HH de la Pontificia,
Real, Imperial, Ilustre y Fervorosa Antigua Hermandad de Nuestra Señora del
Rocío de Sevilla en Triana que comparten el gusto por la caballería de la
tierra –que somos muchos-, una de cuyas imágenes señeras es la elegantísima y
admirable de nuestro caballo vaquero y los caballistas de esta gloriosa Antigua
Hermandad por el campo de romería, tan bellísima como la que anualmente nos
proporcionan las colleras acosando, amparando y derribando, a remedo de una
tienta, sobre el corredero de Vicos.
Adiós y gracias, Pepe Mata.
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