Muy Señores Míos:
En primer lugar, expresarles mi
admiración por el alto nivel en los comentarios de los navegantes en esta
bitácora. En segundo, mi gratitud porque me están haciendo pasar buenísimos
momentos con una de mis aficiones: las procesiones (desde la de una cofradía
hasta un desfile militar) y su música (la marcha).
Viniendo desde el apartado
“¿Inadecuada vanguardia en repertorios cristíferos?” a éste de “¿Enseñar Historia
en la Música de Cristo?” creo que los comentarios adolecen de una falta
–corregible con el tiempo, pero falta-: juventud, y su carencia obligada de
perspectiva histórica. Al pasar, gracias a Dios, de la cincuentena voy a
permitirme echar mano de la memoria, para descargándola lo más que pueda de
subjetividad, ilustrar la historia de la música procesional para paso de Cristo
de estos casi cincuenta últimos años en Sevilla y su antiguo Reino, el que fue
conquerido por Fernando III El Santo (las actuales provincias de Sevilla,
Cádiz, Huelva y un poquito de las de Málaga y Badajoz): Andalucía La Baja.
Para empezar y centrándome: si hay
algo que me guste igual o más que ver un paso de palio con una buena marcha
sonando, es un paso con una de las tantas portentosas imágenes cristíferas –y
las secundarias, si es de misterio- de nuestra tierra acompañado por toques de
cornetas y tambores. Y mira que un buen paso de Cristo en silencio, con
“pitos”, coro o banda completa (ay, aquella recogida de ensueño con las Siete
Palabras en 2004) está maravilloso, pero es que las cornetas y los tambores
tienen algo de marcial, solemne y trágico que los hace incomparables para
servir de fondo a los Misterios de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor
Jesucristo, y esa mezcla de dolor, sangre y tormento, Amor y Amarguras, odios,
tribunales, soldadesca, sayones, pretores y pontífices, turbas, sollozos y
condenas.
¿Y desde cuándo cornetas y tambores?
Desde casi los comienzos de las procesiones penitenciales actuales, en el
comedio del Quinientos, nos encontramos con la mención a trompetas dolorosas
(“que tocan dolor”) que con sus tristes sones servían además para coordinar la
marcha y paradas del desfile. De ellas derivarían las actuales bocinas y como
fósil nos queda la trompeta del Mayor Dolor de Jerez. Por lo menos desde el S.
XVII sabemos que en Semana Santa a algunas cofradías las acompañaban capillas
de ministriles y voces (las actuales capillas musicales serían una reliquia).
Ya en el S. XVIII tenemos constancia de la presencia de representaciones de
unidades militares en los desfiles procesionales de la Semana Mayor, y hay que
suponer irían acompañadas de la música marcial de la época: pífanos y tambores.
En la Caballería coetánea se utilizaban ya trompetas (denominación en la época
para clarines y cornetas) pero no tenemos constancia de que asistieran a las
procesiones.
A todo esto, también casi desde el
principio pero, sobre todo, a partir del Seiscientos en pleno Barroco, aparecen
grupos de armaos a la romana que van con muchas cofradías. ¿Se acompañarían con
los instrumentos militares de la época como remedo de las tropas que
representaban?
Al comienzo del Ochocientos y con el
Romanticismo aparecen las que denominamos Bandas completas, militares y civiles
–municipales, de instituciones como hospicios, etc.- cada vez con más
instrumentos. Las militares utilizan una sección de cornetas y tambores que era
la que interpretaba música en la instrucción y vida cuartelera, así como en las
operaciones militares. Esta diferencia se ha mantenido hasta hace bien poco:
las bandas completas civiles no llevaban cornetas (instrumento de la milicia y
adecuado para sus misiones y cometidos marciales). En las militares se denomina
Banda a la sección de cornetas y tambores (incluso Banda de Guerra) y Música al
resto, no siendo infrecuentes las ocasiones en que actuaban por separado.
También ahora aparecen las bandas montadas, que en España casi han sido
exclusivas para el clarín y el timbal. Pues bien, estas bandas asisten a los
desfiles procesionales rindiendo honores a las imágenes y acompañando a las
autoridades civiles o militares de representación.
Continúa...
Publicado en la bitácora “Patrimonio
musical” en la entrada “¿Enseñar historia de la "Música de Cristo?” del foro
“La Música en los Pasos de Cristo. Música de Cristo." el 4 de Septiembre
de 2011 a las 20:43.
http://www.patrimoniomusical.com/foro/viewtopic.php?t=2793
Conmemoración de la Matanza de
los Santos Inocentes en Belén por orden del Rey Herodes El Grande y de la Huida a Egipto de Nuestro
Señor Jesucristo en brazos de Santa María, Nuestra Señora, conducidos por el
Glorioso Patriarca Bendito Señor San José, Padre Nutricio y Putativo de Dios Niño.
También San Juanito hubo de huir acompañado de Santa Isabel, Prima de la
Santísima Virgen María, mientras San Zacarías, su padre, permanecía como
sacerdote del Templo jerosolimitano para no levantar sospecha como es de
suponer. Es una tradición piadosa el cuadro de ambos, El Niño Jesús y el futuro
Bautista, su Primo Mayor, jugando a orillas del Nilo custodiados por sus Santas
Madres.
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