sábado, 28 de diciembre de 2013

Las Procesiones y las Bandas de Guerra (I): Bosquejo histórico. Introducción.






          Muy Señores Míos:

          En primer lugar, expresarles mi admiración por el alto nivel en los comentarios de los navegantes en esta bitácora. En segundo, mi gratitud porque me están haciendo pasar buenísimos momentos con una de mis aficiones: las procesiones (desde la de una cofradía hasta un desfile militar) y su música (la marcha).

          Viniendo desde el apartado “¿Inadecuada vanguardia en repertorios cristíferos?” a éste de “¿Enseñar Historia en la Música de Cristo?” creo que los comentarios adolecen de una falta –corregible con el tiempo, pero falta-: juventud, y su carencia obligada de perspectiva histórica. Al pasar, gracias a Dios, de la cincuentena voy a permitirme echar mano de la memoria, para descargándola lo más que pueda de subjetividad, ilustrar la historia de la música procesional para paso de Cristo de estos casi cincuenta últimos años en Sevilla y su antiguo Reino, el que fue conquerido por Fernando III El Santo (las actuales provincias de Sevilla, Cádiz, Huelva y un poquito de las de Málaga y Badajoz): Andalucía La Baja.

          Para empezar y centrándome: si hay algo que me guste igual o más que ver un paso de palio con una buena marcha sonando, es un paso con una de las tantas portentosas imágenes cristíferas –y las secundarias, si es de misterio- de nuestra tierra acompañado por toques de cornetas y tambores. Y mira que un buen paso de Cristo en silencio, con “pitos”, coro o banda completa (ay, aquella recogida de ensueño con las Siete Palabras en 2004) está maravilloso, pero es que las cornetas y los tambores tienen algo de marcial, solemne y trágico que los hace incomparables para servir de fondo a los Misterios de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, y esa mezcla de dolor, sangre y tormento, Amor y Amarguras, odios, tribunales, soldadesca, sayones, pretores y pontífices, turbas, sollozos y condenas.








          ¿Y desde cuándo cornetas y tambores? Desde casi los comienzos de las procesiones penitenciales actuales, en el comedio del Quinientos, nos encontramos con la mención a trompetas dolorosas (“que tocan dolor”) que con sus tristes sones servían además para coordinar la marcha y paradas del desfile. De ellas derivarían las actuales bocinas y como fósil nos queda la trompeta del Mayor Dolor de Jerez. Por lo menos desde el S. XVII sabemos que en Semana Santa a algunas cofradías las acompañaban capillas de ministriles y voces (las actuales capillas musicales serían una reliquia). Ya en el S. XVIII tenemos constancia de la presencia de representaciones de unidades militares en los desfiles procesionales de la Semana Mayor, y hay que suponer irían acompañadas de la música marcial de la época: pífanos y tambores. En la Caballería coetánea se utilizaban ya trompetas (denominación en la época para clarines y cornetas) pero no tenemos constancia de que asistieran a las procesiones.








          A todo esto, también casi desde el principio pero, sobre todo, a partir del Seiscientos en pleno Barroco, aparecen grupos de armaos a la romana que van con muchas cofradías. ¿Se acompañarían con los instrumentos militares de la época como remedo de las tropas que representaban?








          Al comienzo del Ochocientos y con el Romanticismo aparecen las que denominamos Bandas completas, militares y civiles –municipales, de instituciones como hospicios, etc.- cada vez con más instrumentos. Las militares utilizan una sección de cornetas y tambores que era la que interpretaba música en la instrucción y vida cuartelera, así como en las operaciones militares. Esta diferencia se ha mantenido hasta hace bien poco: las bandas completas civiles no llevaban cornetas (instrumento de la milicia y adecuado para sus misiones y cometidos marciales). En las militares se denomina Banda a la sección de cornetas y tambores (incluso Banda de Guerra) y Música al resto, no siendo infrecuentes las ocasiones en que actuaban por separado. También ahora aparecen las bandas montadas, que en España casi han sido exclusivas para el clarín y el timbal. Pues bien, estas bandas asisten a los desfiles procesionales rindiendo honores a las imágenes y acompañando a las autoridades civiles o militares de representación.


Continúa...





Publicado en la bitácora “Patrimonio musical” en la entrada “¿Enseñar historia de la "Música de Cristo?” del foro “La Música en los Pasos de Cristo. Música de Cristo." el 4 de Septiembre de 2011 a las 20:43.

http://www.patrimoniomusical.com/foro/viewtopic.php?t=2793 







          Conmemoración de la Matanza de los Santos Inocentes en Belén por orden del Rey Herodes El  Grande y de la Huida a Egipto de Nuestro Señor Jesucristo en brazos de Santa María, Nuestra Señora, conducidos por el Glorioso Patriarca Bendito Señor San José, Padre Nutricio y Putativo de Dios Niño. También San Juanito hubo de huir acompañado de Santa Isabel, Prima de la Santísima Virgen María, mientras San Zacarías, su padre, permanecía como sacerdote del Templo jerosolimitano para no levantar sospecha como es de suponer. Es una tradición piadosa el cuadro de ambos, El Niño Jesús y el futuro Bautista, su Primo Mayor, jugando a orillas del Nilo custodiados por sus Santas Madres. 





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