Tu
mirar por el llanto
Al alma
dura
Rompe,
tan de amaranto,
Como
ninguna.
Aun
serena tal Luna,
En tu
dolor
Llena
vas de Amargura
Por el
Amor.
Pena de
un corazón,
Tanta
que acuna
Rezos y
esta oración:
“Sólo,
la Tuya”.
Conmemoración de San Juan
Evangelista, Apóstol y Discípulo Amado, hijo de Zebedeo y María Salomé, hermano
de Santiago El Mayor, primos de Nuestro Señor Jesucristo que los llamó “Hijos
del Trueno”. Permaneció fiel durante la Pasión junto a Santa María, Madre de
Dios, Nuestra Señora hasta el pie de la Santa Cruz de Nuestra Redención. Escribió
uno de los Evangelios canónicos y el Apocalipsis. Acompañó a la Virgen en Éfeso
durante su Dormición y Glorioso Tránsito a las Alturas donde es Asunta en
Cuerpo y Alma, siendo coronada como Reina de Cielos y Tierra por la Santísima
Trinidad Divina.
Sant Ioannes Evanghelista, ora
pro nobis.
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