Respuestas a propósito de un “documental”
con la típica interesadísima mixtificación alrededor de la realidad y la
leyenda de la devoción a la peregrina imagen de Santa María de las Rocinas y la universalmente famosa peregrinación por Pentecostés hasta sus Benditas Plantas en
su Santuario de la Ermita de la aldea de El Rocío en la Madre de las Marismas
del Coto de Doñana. “La verdad de la Virgen del Rocío”:
“Me pregunta D. Fulano si yo creo
que El Rey Sabio fue el primer rociero. Sí, por supuesto, Don Alonso X de
Castilla y León fue el primer rociero y el que colocó a la Virgen en la ermita
que erigió en su cazadero. Y entonces no existía la provincia de Huelva (una
división administrativa de 1833 creada por Javier De Burgos); el Reino de
Niebla -una taifa- tras la conquista se integró en el de Sevilla, como le
ocurrió al de Jerez o Arcos -otras taifas, con sus reyezuelos siempre mal
avenidos entre ellos, guerreándose y traicionándose sin parar-; el pueblo de al
lado no tenía ni término municipal ni leche migá’ -sí se amojonaban las tierras de
cada villa o ciudad por una espacie de comisiones entre funcionarios reales,
diríamos, y hombres buenos, como se llamaba entonces a los lugareños
principales, y esto ocurrió mayormente durante la repoblación tras la
reconquista-; y al coto -que era Cazadero Real y luego señorío de los Duques de
Medina Sidonia y Señores de Sanlúcar de Barrameda- iban vecinos de todos los
pueblos de alrededor. Y los tarugos del pueblo de al lado de la aldea de El
Rocío, donde se venera a Santa María de las Rocinas, me tienen hasta las...
¡Vaya vídeo más tendencioso y más malísimamente mal escrito!”
“D. Mengano:
Sevilla. Que monta y tanto.
Precisamente lo que me tiene hasta las... narices es tanta mitificación
mixtificadora de los del pueblo de al lado -sí, mire Vd., esos que quieren
tanto a la Virgen que La zarandean como si fuera un pelele y te dicen que es
que eso es así; será así por los cojines, vamos- y toda la tropa de palmeros
que les ríen las gracias. Vamos, Sr. De Tal, que a mí me ponen un trapo con
rayitas negras y grises a cuadros y salgo espanta'o corriendo que no me caza un
galgo -salvo los que llevaba Don Alfonso, El Rey Nuestro Señor (q.D.g.) que era
tan campero que cazaba en El Coto- y sigo corriendo todavía.”
“Sra. De Cual (Dña. Fulanita):
Las que a Vd. la adornan. De nada.
Ojalá tuviera el arte suficiente para describir la indignación que me embarga
ante tanta bellaquería: y venga que si tiene dueño para arriba y que si sus
dueños somos nosotros para abajo; que si nos La quieren quitar -¿quién, atajo
de simples?- pero no va a ser; y a refregarte hasta el hastío lo de que si es
la Patrona desde no sé cuándo; que si ahora no te La vuelvo -¿Le han preguntado
a la Virgen estos bajunos si quiere volverSe o no?- porque tu querías sacar no
sé qué Simpecado y entonces la matriz que si bla, bla, bla... Y a todo esto
venga zarandeos, venga revolcones y jardazos con la pobre Virgen. Un
espectáculo, para los auténticos devotos, insufrible. Y venga a reescribir la
historia y a mixtificar. Y vengan palitos a los que sacan la cabeza y caricias
en el lomo a los sumisos: toma, Villamanrique -por si es verdad lo del
cazador-; toma, Triana -por haber hecho Sevilla del Rocío algo universal-; muy
bien, Jerez, así se hace -que de cobardones ni abren la boca- como nos sale a
nosotros del alma. Bueno, pues ante este estado de cosas, hay que empezar a
hablar claro, claro, clarito. Mire Vd. el efecto del chaparrón de críticas con
la rotura del varal fruto de tanta salvajada: que la Virgen ha ido este año
mucho mejor, por lo menos de salida. Y tenía que ir como lo que es, una Reina,
con solemnidad, en plan campero -que estamos en una romería- pero con toda la
solemnidad que requiere sacar en procesión a la Madre de Dios.”
“Sr. Paracual (D. Zutano):
Claro que sí, era -y es- todo el antiguo
Reino de Sevilla, el que conquisso Fernando III El Santo a la morisma y que
comprende las actuales provincias de Sevilla, Cádiz, Huelva y un poquito de las
de Badajoz y Málaga, es decir, Andalucía La Baja, el paradigma de la Bética
romana (lo que denominó La Andalucía, Alfonso El Sabio, junto a los Reinos de
Córdoba y Jaén; el Reino de Granada era otra cosa y en aquella época islámico:
nasrí). Es que mire Vd. estoy hasta las narices de aguantar durante toda mi
vida localismos de la más baja estofa entre lo más bajuno de lo que puebla mi
querida tierra. Y el centro de tanto resentimiento es Sevilla. O sea que
Sevilla como capital natural no sólo de su Reino sino de toda España -no
capital política, no, sino natural, la que siempre a lo largo de la historia ha
primado: Roma la pone en Córdoba y con los años termina siendo Hispalis la
ciudad más importante, cuando se originó en un simple cabezo del Betis al que
bajaban los tartesios para negociar con los comerciantes fenicios o griegos;
los godos la llevaron a Toledo pero la gran ciudad era Spalis y si no que lo
digan Santos como Leandro, Isidoro, lumbrera del Medievo, o Hermenegildo; el
califato estaba en Córdoba pero la que poco a poco iba pitando más era
Isbilliya; los Austrias se la llevan a Madrid pero Sevilla era la Nueva York de
la época; etc.-, digo, que como capital es crisol de todo su antiguo Reino y
nos devuelve lo acrisolado -a nosotros y para todo el Mundo- en forma de
celebraciones tan maravillosas como la Semana Santa, la Feria o el Rocío, con
las que Sevilla ha impregnado de sus formas y saber hacer a todo el resto de
celebraciones de nuestra tierra y exportado sus maneras por todo el Orbe como
ciudad universal que es. Pues bueno, aguante Vd. a los de Cádiz con lo que si
los de Jerez somos unos pijos; y a los de Jerez que si el ombligismo de
Sevilla; y a los de Rota y Chipiona que si los sevillanos tal y cual; y esos
del pueblo de al lado a ver cómo pueden humillar a Triana, que si se han creído
que la Virgen es suya pero es nuestra, que si los dueños, que si la matriz y
hasta que si los ovarios; y venga bajunerías, y más feos y todo el mundo
callado. Por mi parte: se acabó, hasta aquí podríamos llegar.”
“Sra. De Cual (Dña. Fulanita):
El problema de todo esto son las
hasta cierto punto comprensibles reacciones pendulares ante tamañas necedades y
bajunerías. Y le pongo el ejemplo -aunque me dé vergüenza mentarlo- de la
propuesta en ciertas almas cándidas -por ser piadoso- de una hipotética
coronación canónica de "La Chiquetita". Bueno, pues qué le voy a
decir: se comenta por sí solo. Empezando porque la Antigua Hermandad de Nuestra
Señora del Rocío de Sevilla en Triana -de la que soy el último y más humilde
hermano- tiene la suficiente categoría y solera para no necesitar -y lo digo
con todo el respeto- coronar nada ni a nadie. Y sigo porque digo que lo que
"cariñosamente" llaman "La Chiquetita" es una imagen
vicaria de la de Santa María de las Rocinas que se venera en su ermita de la
aldea de El Rocío, y que lleva nuestro Simpecado. Simpecado como estandarte de
la Virgen -La Concebida Sin Pecado Original- con una imagen bien de bulto, bien
en relieve, bien pintada que representa a la imagen titular. Imagen titular que
no se sacaba en procesión durante los rosarios públicos callejeros que se
originaron en Sevilla durante el S.XVII y proliferaron abundantemente el XVIII
-en este nuestro caso, el culto externo es una peregrinación- y que se
representaba en dicho estandarte mediante una imagen que la reproducía y hacía
las veces de, es decir, vicaria.
¿Cómo se va a coronar una imagen
vicaria cuando la titular de la que es una representación está coronada y bien
coronada desde hace muchísimos años? Estos desvaríos los trae el no cortar a
tiempo con tanta bellaquería como se ha consentido.”
“D. Zutano:
Exactamente, la primera vez que
peregrinó Sevilla desde Triana hasta las plantas de Nuestra Señora del Rocío (Patrona
del pueblo de al lado, sí, sí, estupendo y yo que me alegro mucho, y que así
siga, y que así sea a pesar de toda la neblina marismeña que se ha venido sobre
el patronazgo, del que ya nos hemos enterado y lo tenemos presente, pero que
también es Patrona y Pastora de todos los rocieros aunque no pensemos llevárnosLa
a ninguna parte y tenemos en mientes seguir peregrinando hasta su ermita),
digo, que peregrinó con hermandad -la más moderna entre todas las antiguas que
eran del S.XVII o del XVIII y algunas se extinguieron, y que después no se
fundaron otras hasta muchos años más tarde- por primera vez aún no existía la
provincia de Huelva como tal y las lindes provinciales estuvieron luego así,
así.”
“Cariñosos, Dña. Fulanita, y
respetuosísimos como corresponde a la veneración que se le debe a la Madre de
Dios y Madre Nuestra, como corresponde a Nuestra Intercesora y Medianera
Universal de todas Las Gracias, como corresponde, incluso, a cualquier señora
y, me atrevería a decirle, hasta como a cualquier mujer. Yo todavía no he
zarandeado ni rempuja'o a ninguna. Bueno sí, a alguna sobrina chica que se haya
puesto jartible.
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