viernes, 10 de octubre de 2014

Adiós, Mata. Plancto por el tránsito de Xerez

(Desde el Xerez del Jerez-Xérès-Sherry al del “Ya’hta’quí Heré’” postnacionalsocialista)




          Comentario en una red social a propósito de la muerte de Pepe Mata, genial cochero de la tierra. El irrepetible auriga Don José Mata Aparicio (Jerez de la Frontera, 19 de Marzo de 1931-10 de Octubre de 2012).








          "Irreparable pérdida de un grandioso cochero que formó parte junto con Robles, Carrasco y Pinteño de un cuarteto mítico de aurigas de la tierra, de inigualable maestría sobre el pescante, con las riendas o a la voz, y que alcanzó su madurez artística en los últimos años del siglo anterior. Quizás, de los cuatro, este Pepe Mata sea el de más pellizco, el de más duende. Páginas bellísimas escribieron los cascos de sus nobles brutos y las ruedas de sus coches sobre el albero de la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla durante la anual Exhibición del Real Club de Enganches de Andalucía o en el incomparable marco de la pista del pabellón del Jockey Club –preciosa y delicadísima creación del genial arquitecto jerezano Hernández Rubio- durante el Concurso Exhibición del Depósito de Sementales de la Remonta de Caballería durante la Feria de Jerez de la Frontera. Pero si algo me impresionaba hasta la delectación y el embeleso era topármelos en el universal Real de la Feria de Sevilla o en el incomparable marco –antes de las  bajunas degradaciones estéticas a que ha sido sometido- del de la de Jerez con sus templetes de fundición del Casino y Municipal (también de Hernández Rubio) y los irrepetibles, sublimes –casetas ensoñadoras- pabellones de González y Domecq, surmontados por el mar del verdor de los plátanos antiguos;  topármelos, digo, llevando un enganche con toda la elegancia, tronío y majestad de las que sólo es capaz la tierra y los hombres de esta nuestra Andalucía La Baja, y por supuesto que además siempre eran a la calesera -como corresponde a la ocasión-  y, mayormente, las clasiquísimas quintas a la media potencia.

          Descanse en paz D. José. Y no voy a decir como dicen ahora los horteras “donde quiera que esté”. Porque Vd. Sr. Mata seguro que está en el Paraíso, del que nos dio un adelanto en la Tierra conduciendo coches de caballo. ¡Pero, por Dios, hombre, si seguro que lo recibió con las Puertas abiertas San Pedro! Si no quién se iba a hacer cargo de los caballos angélicos del Carro de la Fe Triunfante en los tiempos descreídos que corren. ¡Anda que no va a ir bien ni na’ Su Divina Majestad con semejante auriga en tan celestial pescante! Esto que viene escribí hace tiempo sobre la Feria de Jerez y que al caso viene. Con toda mi admiración: ¡Va por Vd. artista inconmensurable!"







          A todos mis HH de la Pontificia, Real, Imperial, Ilustre y Fervorosa Antigua Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Sevilla en Triana que comparten el gusto por la caballería de la tierra –que somos muchos-, una de cuyas imágenes señeras es la elegantísima y admirable de nuestro caballo vaquero y los caballistas de esta gloriosa Antigua Hermandad por el campo de romería, tan bellísima como la que anualmente nos proporcionan las colleras acosando, amparando y derribando, a remedo de una tienta, sobre el corredero de Vicos. 


          Adiós y gracias, Pepe Mata.













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