martes, 8 de julio de 2014

De marcha con… Un grito de Madrugá’: ¡Socorro!

No por mucha madrugá te parece tan cansado 




Fotografía: Áureo Sanz Ruiz




         Respuestas en una diatriba a propósito de la mención en un grupo cofradiero de la red de una retahíla de compositores de marchas procesionales de la penúltima hornada y del “gusto” musical “cofrade” hodierno, en comparación –no sé si odiosa- tan sólo con la sublime “Sevilla cofradiera” del genial Gámez. Al final, para ir terminando con unos comentarios sobre su ejemplo más prístino, madrugador y acabado, madre de todos los desmadres que oímos en los Días Santos una calle sí y la otra, también. Todo, cómo no, salpicado con las contestaciones a los “argumentos” de la moderna dialéctica al uso, preñada de los más garrulos sofismas y lugares comunes tan caros al pensamiento único y lo políticamente correcto de la gente progresiaca que padecemos –tan gárrula, por otra parte, como insustancial, a más de cómicamente engreída de la puesta en escena que hace de las tres ideas preconcebidas y mal aprendidas que maneja-. Maneras de argumentar, ay, que se han contaminado hasta los pobres acomplejados de la acera contraria.



“Sevilla cofradiera” (1972). Pedro Gámez Laserna.
Banda de Música Sinfónica Municipal de Sevilla.


          “Es que los que Vd. mienta son genuinos representantes de la Sevilla “cofrade”. Nunca podrán componer algo tan sublime como esta pieza que aquí se trae a colación –o cualquiera otra de las suyas- del genial Don Pedro Gámez Laserna: lo más grande en marcha procesional, con permiso de los inmensos Manolos, Font de Anta y López Farfán. Además, estos prendas la habrían titulado “Sevilla cofrade” o “Sevilla del Guadalquivir” o “A ti… Sevilla” o “La Sevillaná” o “Carmesí y Oro” o yo qué sé. Ahora bien que, con su permiso, haría un distingo con el apartado de pacololadas y el de caínadas, como máximos exponentes de la degradación de la marcha en Sevilla.”








          Un despistado que decía que bueno, sí, que había mucha marcha mala pero que por lo menos modernamente se había compuesto alguna buena, como “La Alatristá’”, marcha que le priva, evidentemente, y a la que reputa como excelente y modelo acabado de tal género de música procesional.


          “Precisamente por "La Madrugá". Horrorosa hasta en el título. De una bajísima calidad artística. Con una pretenciosidad ridícula, en plan como solemne y que al final queda como la música de una película mala de miedo de serie B. Y más aún en comparación con no ésta o aquélla, una u otra, sino con la lista de grandes marchas sevillanas y de otros lugares, compuestas por el elenco de maestros españoles del género que sin querer se te viene a la cabeza en sucesión interminable. Propia, desde luego, para agradar en los tiempos ramplones, chabacanos y comerciales que corren. Lo de elevarla a obra cumbre tiene delito, aunque sea p’a jartarse de reír.”


          “Bueno, y para no acordarnos de la santa madre de algunos ¿por qué no toma la gente como icónica de marcha “de ambiente” este marchón de Font padre, gran compositor y eximio instrumentador que arregló para banda “Virgen del Valle” y todas las partituras procesionales de su hijo Manuel y “Resignación” (“Victoria Dollrosa”) de José? 



”A la memoria de mi padre” (1899). Manuel Font y Fernández De La Herranz.




Fotografía: Lucía Mas Canalda




         Otro con guasa que me recordaba las tenebrosas recogidas en El Salvador los Domingos de Ramos, a ver si nos encogíamos o reculábamos por Amor, con mayúscula evidentemente.


          “Lo de la Archicofradía del Amor, de la que soy el último de sus hermanos, tiene delito pues posee para la bellísima Dolorosa del Socorro la que algunos consideran la mejor marcha de Gámez (y aquí sí que se puede decir que para gustos, colores o marchas de Gámez). Atención cómo en el tema de entrada se va repitiendo la misma frase en la que van entrando diferentes instrumentos a diferentes voces. El solemne tema central. El picado o fuerte de bajos maravilloso y elegantísimo con cornetas (antes que el picado o staccato con cornetas de la preciosa “Virgen de Montserrat” de Don Pedro Morales Muñoz). Y por último el melancólico y dulcísimo trío, propio para ir subiendo por la “rampla” esa maravilla “pesona” y “culona” que es el paso de palio del Socorro, antes de que suene la “Marcha Real” sin solución de continuidad tras el último acorde. Eso sería estética y gusto. Y no el horror de ahora con la “Alatristá’”.”



“Nuestra Señora del Socorro” (1964). Pedro Gámez Laserna.
Banda de Música, Cornetas y Tambores “Nuestrra Señora de la Victoria” (“Las Cigarreras”) de Sevilla.








          “Pero es que además tenemos esta maravilla de Don Pedro Morales que no estaría nada mal para embocar la plaza del Salvador desde Álvarez Quintero. Sí, es cierto que el repertorio ha mejorado grandísimamente estos últimos años, pero… Antes la cainada era en la plaza “Virgen de los Reyes”.”



“Amor y Socorro” (1994). Pedro Morales Muñoz.
Banda de Música, Cornetas y Tambores “Nuestra Señora del Valle” de Burguillos.








          “Y para mayor inri -no tan bonito como el que remata la cruz del Amor Crucificado (Don Antonio Rodríguez Buzón dixit)-  tenemos una marcha de Don Manuel López Farfán. Tan elegante y genial como todo lo suyo. De emoción y repeluco: una plegaria musical sentida y exquisita para una de las imágenes cumbres del Arte de todos los tiempos y, por supuesto, de los Crucificados, con permiso de la del de la Clemencia de Montañés. Pero, nada, gustos y colores.” 



Al Santísimo Cristo del Amor (1907). Manuel López Farfán.




Fotografía: Áureo Sanz Ruiz





          El mismo despistado que ponía como argumento de autoridad que en los repertorios de cofradías “serias” se interpretaba la cainada.


          “Al repertorio de Amargura (sosísimo) o Valle (tristísimo, musicalmente hablando) me remito. Y señeras sí que son señeras –mucho, muchísimo- estas cofradías, pero el sentido de la estética pues como que bajeando, en este campo de la música procesional, así como en otros relacionados con el Arte cofradiero –y si no fíjese en los espantosos faldones que para la Virgen del Rosario estrenó la cofradía de la Macarena que siempre ha sido un portento de arte y finura, pues sólo su carita inspira o inspiraba a cualquier artista, desde poetas a bordadores u orfebres-.”




Fotografía: Áureo Sanz Ruiz




          Sin desmallo, después de poner sobre la mesa el manido, mendaz, paleto y perverso “para gustos, colores”, echar mano del repertorio del “folclore negro”, no tiene otra que espetar que qué pasaba, que si nos creíamos catedráticos.


          “Catedrático, no, ni hablar. Pero muchas, muchísimas horas de audición de marchas procesionales, música clásica o culta (desde religiosa o profana a militar), popular española (desde zarzuela a flamenco, pasando por pasodoble y copla) o jazz, sí que tengo; y créame que no son malos palos. Y además mis primeras, intermedias y últimas opiniones de humilde aficionado coinciden casi milimétricamente con la de cualquier experto, lo que pasa es que ellos razonan mucho mejor que yo técnica y artísticamente el aserto de la baja calidad musical del mentado afamando compositor. Tan afamado como Manolo Escobar o Los Chichos en su época, sea dicho con todos los respetos.”




          Comprobando que no había arreglo para la cosa.


          “A ti los desterrados, Hijos de Eva, gimiendo y llorando en este Valle de Lágrimas de Sevilla. Ea, pues, Señora, Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos maravillosos, cautivadores y misericordiosos, y que nuestros oídos no vuelvan a oír otro de las frutos de nuestro hermanito Caín.” 





Fotografía: Áureo Sanz Ruiz




          Una nueva llamada de Socorro con mucho Amor.


          “Por tener hasta nuestra marvizonada tenemos y no exenta de cierto gusto y calidad. Amor es mucho Amor.”



Amor (2007). Manuel Marvizón Carvallo




          Un postrer recuerdo a los grandes.


          “Los Font, Gómez Zarzuela, Farfán, Peralto, Borrego, Patión, Braña, Gámez, Morales… y Beigbeder. Sublime: la esencia musical de la marcha."



“Amargura” (1949). Germán Álvarez Beigbeder.
Orquesta Sinfónica de Málaga. Dirección: José María Álvarez-Beigbeder a: “David Beigbeder”. 




Fotografía: Áureo Sanz Ruiz








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