lunes, 10 de noviembre de 2014

En el Asco de la Macarena

La penúltima gran expresión pública de lo “cofrade”: cainismo miarma.


















          “Y todo esto delante de La que hace que se me paren los pulsos y se me entrecorte la respiración nada más asomarme por el cancel de la Basílica: La Madre de Dios. A la que no puedo sostener la mirada todavía, después de tantos años, porque contemplando su Belleza empequeñezco como un ser vulgar y pecador indigno del Gozo, el de tenerla en la Tierra y el de la Gracia de su Hijo con la que por su intercesión tengo la Esperanza de alcanzar la Gloria algún día. Que así sea.


          Me iba yo a preocupar de los resultados de no sé qué de elecciones teniendo su Carita Divina delante para embelesarme, gozar y rezar. Y la panda de bajunos ésta, aplaudiendo, jaleando -incluso pitando al más puro y vulgar estilo yanqui- y manoteándose a palmadas como salvajes en Su presencia y, lo que es más grave, en la Casa del Señor, en este caso bajo la devotísima advocación de su Sentencia de Muerte. ¿Es que nadie pensó en poder perturbar el Sueño del Divino Niño que duerme en el regazo de la Virgen del Santo Rosario? ¡Qué espectáculo más lamentable! ¿Aplausos? ¿Es que no eran hijos de la misma Señora los de la candidatura minoritaria?


          Bien que este tipo de comportamiento se intuía desde que en las iglesias durante los conciertos y otros actos no estrictamente litúrgicos se permitió y no se censuró el aplaudir como si fuera un teatro o cualquier sala de espectáculos. Ahora, un templo cristiano lo vemos convertido en un palacio de congresos de tantos o una sede de partido más durante una noche electoral.


- Hijo, Sanz, cómo eres, y cómo te pones, siempre igual. ¿Qué importancia tiene que se aplauda, aunque sea esto una iglesia, si es un concierto -que no es misa ni nada de eso- lo que se da? ¿Es malo a lo mejor?


          Malo, no. Malísimo, Señora. Y a los hechos y consecuencias me remito. ¿Ve Vd. lo que pasa cuando no se sabe bien dónde tiene uno los pies y en qué están pisando? Sagrado, Señora, pisando sobre sagrado, moño. ¿Lo entiende?








          Respuestas a propósito de un vídeo colgado en un grupo de amigos capillitas de la red donde se mostraba la secuencia de la proclamación de los resultados de las elecciones celebradas el 10 de Noviembre del pasado próximo año de 2013 por la Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestra Señora del Santo Rosario, Sentencia de Nuestro Señor Jesucristo y María Santísima de la Esperanza Macarena en su Basílica Menor de Santa María de la Esperanza. Pero, sobre todo,  donde se hacía patente la respuesta de una horda de impresentables zafios y mentecatos, que como una jauría de hienas ululaba la victoria de su candidatura preferida, profanaba irreverentemente con sus chillidos estentóreos, vulgares expresiones y actitudes incalificables un lugar sagrado, además de situar a sus hermanos rivales de la otra candidatura, la perdedora, a la altura de enemigos dignos de un tal odio capaz de generar semejantes manifestaciones de “alegría” de una bajeza e indignidad intolerables por vulgares, ayunas de cualquier atisbo del más mínimo grado de cortesía y carentes del más ligero retazo de la urbanidad requerida en tales ocasiones, amén de impropias de gente cristiana.

          Sirva como botón de muestra de la degradación del momento cofradiero que vivimos y que englobaría a casi todo lo que, con horrenda expresión, se denomina mundo “cofrade”, que no representa sino la decadencia en las formas de las Cofradías de Sevilla, evidentemente por una falta escalofriante de fondo: tanto religioso –las creencias con sus mínimos rudimentos teológicosy doctrinales: la Fe- como cultural –ausencia de conocimiento de los porqués en las formas, así como carencia de principios de educación elementales que llevar a la práctica y desconocimiento supino de cualesquiera normas de urbanidad imprescindibles para la convivencia no ya cortés y refinada sino pacífica y cordial. 








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