Respuesta a una entrañable amiga en
la conversación que se había montado en una red social acerca de su aseveración
sobre que en la Feria sólo se debían bailar sevillanas y que ya estaba harta de
las “bulerías de Jerez” y que si en su caseta las había prohibido cantar. (¡Una
pena grandísima pa’ mi moño, vamoh! ¡Desde que m’entera’o no jago na’ máh que
llorá!). Haciéndome cargo de lo jartible e insoportable que se ha puesto el
flamenqueo barato con visos de gitanería no sólo en la Feria sino también en el
Rocío y, quién lo diría o lo hubiera imaginado, hasta en Semana Santa con
paquirrines, cigarrones y pacololadas, dándome cuenta, digo, de la perversión de
forma y fondo, lo que no podía imaginar es encontrarme y sufrir estos
localismos chungos en la Capital y en ambientes “bien”.
“Perdóneseme la intromisión en
conversación de tan distinguidas Señoras: ¿Y si le preguntamos a un antiguo
gitano de La Cava qué cantaban y bailaban en las fiestas y celebraciones
flamencas de Triana? Por fiesta ¿verdad? Es decir: bulerías. De Sevilla ¿no?
Porque me imagino que aún no habrán logrado independizar al famoso Arrabal,
Guarda y Collación de la Ciudad, la panda de miarmas trianeristas que
padecemos. La Cava como mítico barrio gitano de Andalucía La Baja, junto con
los no menos famosos de San Miguel y Santiago de Jerez, Santa María y La Viña
en Cádiz, más las flamenquerías de Utrera, Lebrija y Los Puertos, esto es: El
Puerto de Santa María, Puerto Real, Chiclana y La Isla de León o San Fernando.
Cunas del cante flamenco, y La Cava, en concreto, quizás, crisol desde donde se
exportó el arte gitano a cafés y variedades, previa estación en La Alameda de
Hércules. Gitanos cantando bien sus palos propios -seguiriya, soleá y bulería-
bien aflamencando los palos de la propia tierra andaluza. En Jerez se cantan
bulerías, y flamenco en general, con una pureza y jondura, ay, como
desgraciadamente ya no se canta en ningún sitio. Pero ¿quién ha dicho que la
bulería sea de Jerez? Es el cante flamenco gitano de compás vivo por
antonomasia. Y tan bien se cantaba en Utrera como en Lebrija que de bien en
Jerez, La Cava o Santa María -aquí hasta con su toque gaditano muy en
"alegrías"-. Creía que estos localismos atrabiliarios sólo los iba a
sufrir en pueblos, como parte del imaginario y los prejuicios colectivos del
común y de gentes de baja extracción. ¿Pero en la Capital? ¿Y entre gente bien?
Vamos a cantar y bailar muchas sevillanas luciendo los maravillosos vestidos de
gitana y vamos a escuchar bulerías a los flamencos. Escuchar ¿eh? Porque para
cantarlas, tocarlas, acompañarlas con las palmas o, no digamos, bailarlas y no
hacer el ridículo más vale haber nacido gitano, me da igual un flamenco de
Jerez que uno de La Cava.”
Nota Bene: Sobre T’Laraña, Siviglia
y Tilly (o la teli que hay que cortar en Sevilli), chrónicas, corografía y
coronografismos del duque o en El Duque. Véase: http://es.wikipedia.org/wiki/Ducado_de_T'Serclaes
Fotografías (ilustraciones segunda y tercera): Áureo Sanz Ruiz
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