lunes, 19 de mayo de 2014

Pueblerineo capitalino: “Sevillanas en Sevilla y las bulerías de Jerez”

T’Laraña de Sivigly (Chorónicas del Duque)








          Respuesta a una entrañable amiga en la conversación que se había montado en una red social acerca de su aseveración sobre que en la Feria sólo se debían bailar sevillanas y que ya estaba harta de las “bulerías de Jerez” y que si en su caseta las había prohibido cantar. (¡Una pena grandísima pa’ mi moño, vamoh! ¡Desde que m’entera’o no jago na’ máh que llorá!). Haciéndome cargo de lo jartible e insoportable que se ha puesto el flamenqueo barato con visos de gitanería no sólo en la Feria sino también en el Rocío y, quién lo diría o lo hubiera imaginado, hasta en Semana Santa con paquirrines, cigarrones y pacololadas, dándome cuenta, digo, de la perversión de forma y fondo, lo que no podía imaginar es encontrarme y sufrir estos localismos chungos en la Capital y en ambientes “bien”.

          ¡Yo que pensaba cargar con esa cruz de los prejuicios colectivos sólo en los pueblos y entre la bajunería lugareña! Porque miren Vds. la de veces que he tenido que jurar en arameo cuando ha surgido el manido asunto de por qué cantar y bailar sevillanas en la Feria de Jerez. Cómo se me han revuelto las tripas cuando algún mamaostia, despreciando a la manzanilla que es un vino más de mi tierra, se ha empeñado en pedir fino en la Feria de Sanlúcar. Las náuseas que me han entrado oyendo en Cádiz eso de que los de Jerez íbamos vestidos de “pijos” y que si el fijador que utilizábamos y tal y cual. Miren la patada en la boca del estómago que me producía eso de oír que lo bueno de la Feria de El Puerto era que no había que ir con chaqueta y corbata. O eso otro de que lo bueno de la de Jerez era que no había casetas particulares. Como en la de Córdoba, eso: la gracia y el arte puros. Lo de que en Sevilla lo que se sacaba eran cajas de cerillas –por nuestras andas características o pasos- y no esos tronos costasoleros mostrencos. Y, así, soportar una y mil veces ochocientas imbecilidades y payasadas más, que lo único que hacen es denotar complejo de inferioridad, envidia y resentimiento o, simplemente, un vano patrioterismo chico petulante y ridículamente ensoberbecido. Pues nada –“hasta la corcha, ea”-: en Sevilla sólo sevillanas porque las bulerías son de Jerez. Y no hay más que hablar. Pues por enésima vez replique y esto dije:           








          “Perdóneseme la intromisión en conversación de tan distinguidas Señoras: ¿Y si le preguntamos a un antiguo gitano de La Cava qué cantaban y bailaban en las fiestas y celebraciones flamencas de Triana? Por fiesta ¿verdad? Es decir: bulerías. De Sevilla ¿no? Porque me imagino que aún no habrán logrado independizar al famoso Arrabal, Guarda y Collación de la Ciudad, la panda de miarmas trianeristas que padecemos. La Cava como mítico barrio gitano de Andalucía La Baja, junto con los no menos famosos de San Miguel y Santiago de Jerez, Santa María y La Viña en Cádiz, más las flamenquerías de Utrera, Lebrija y Los Puertos, esto es: El Puerto de Santa María, Puerto Real, Chiclana y La Isla de León o San Fernando. Cunas del cante flamenco, y La Cava, en concreto, quizás, crisol desde donde se exportó el arte gitano a cafés y variedades, previa estación en La Alameda de Hércules. Gitanos cantando bien sus palos propios -seguiriya, soleá y bulería- bien aflamencando los palos de la propia tierra andaluza. En Jerez se cantan bulerías, y flamenco en general, con una pureza y jondura, ay, como desgraciadamente ya no se canta en ningún sitio. Pero ¿quién ha dicho que la bulería sea de Jerez? Es el cante flamenco gitano de compás vivo por antonomasia. Y tan bien se cantaba en Utrera como en Lebrija que de bien en Jerez, La Cava o Santa María -aquí hasta con su toque gaditano muy en "alegrías"-. Creía que estos localismos atrabiliarios sólo los iba a sufrir en pueblos, como parte del imaginario y los prejuicios colectivos del común y de gentes de baja extracción. ¿Pero en la Capital? ¿Y entre gente bien? Vamos a cantar y bailar muchas sevillanas luciendo los maravillosos vestidos de gitana y vamos a escuchar bulerías a los flamencos. Escuchar ¿eh? Porque para cantarlas, tocarlas, acompañarlas con las palmas o, no digamos, bailarlas y no hacer el ridículo más vale haber nacido gitano, me da igual un flamenco de Jerez que uno de La Cava.”










Nota Bene: Sobre T’Laraña, Siviglia y Tilly (o la teli que hay que cortar en Sevilli), chrónicas, corografía y coronografismos del duque o en El Duque. Véase: http://es.wikipedia.org/wiki/Ducado_de_T'Serclaes





Fotografías (ilustraciones segunda y tercera): Áureo Sanz Ruiz 





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