Fotografía: Áureo Sanz Ruiz |
Comentario en “Pasión en Sevilla” a
propósito del circo chabacano e irreverente que monta la gente del costal con
los pasos de Cristo en determinadas cofradías, con la inestimable colaboración
de las mal llamadas agrupaciones musicales –charangas en España de toda la
vida- y las peor denominadas bandas de cornetas y tambores con no sé cuántos
metales más. La deriva sin control hacia lo miarma, lo cani y el flamenqueo más
barato: formas grotescas y estética cutre.
Pero lo peor, lo más desolador y
alarmante es la delectación con que ciertos tipos comentan, incluso teorizan,
sobre la serie de actuaciones del peor gusto que se hacen en la actualidad
llevando determinados pasos. Encima algunos de los personajes van como sacando
pecho, autocomplacidos con la perpetración de semejantes disparatadas
irreverencias y como si hubiesen creado algo sublime en la forma de trabajar
con el costal en la Ciudad.
Fotografía: Áureo Sanz Ruiz
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“El panorama estético de la Semana
Santa de Sevilla en estos últimos tiempos que corren –y en todas sus
manifestaciones cultuales o artísticas- está como para seguir dándole a las
mamarrachadas, bajunerías y zafiedades fuera de tono, contexto y lugar que
padecemos con el costal en algunas cofradías.
Vamos, vamos -que no decaiga- a
seguir dándole al izquierdo para que nos terminemos de torcer y que todo esto
se parezca cada vez más a la cabra de la Feria. Retocemos en el fango de la
chabacanería, a ver si nos quedamos contentos de una vez. ¡Qué cruz! ¡Y que no
haya ningún plumilla que le llame a las cosas por su nombre: camino de un
carnaval grotesco!”
Ahora que la airada respuesta de la
complaciente hinchada “cofrade” del otrora popular y clásico Arrabal, desde
ayer por la tarde reconvertido y mixtificada su esencia a lo más genuino de la
nueva “filosofía” y “estética” miarma –tan comprensiva, aunque distinta, con lo
cani- no tiene desperdicio cuando colgué el comentario en un grupo de una red
social integrado primordialmente por hermanos, devotos o simples
“simpatizantes” de la Antigua Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Sevilla
en Triana. Así argüí en la defensa de
mis tesis:
Fotografía: Áureo Sanz Ruiz
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A algunos:
“Quiero expresar aquí mis
más sinceras disculpas a los Señores Fulanito, Menganito y Zutanito o
cualesquiera otros del Grupo “Tales de Cual” que se hayan podido sentir
ofendidos personalmente por la exposición de hechos y el tenor de las opiniones
vertidas en mi comentario. Escrito, por otra parte, donde no aparece la más
mínima alusión individual a persona, grupo o asociación, y que se refiere a
asuntos concretos particulares del general de la Semana Santa sin ningún tipo
de individualización ni en el que conste una sola mención personal concreta.
Las causas por las que se haya podido sentir aludido personalmente cada uno de
ellos las desconozco y no era mi intención aludir a nadie en concreto. Reitero
mis disculpas.”
Fotografía: Áureo Sanz Ruiz
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A los mismos:
“Sobre el contenido de
los adjetivos y comentarios hacia mi persona en particular, se califican por sí
solos y no merecen mayor atención, salvo el perdón de corazón por caridad
cristiana.”
Fotografía: Áureo Sanz Ruiz
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Aclarando:
“Ahora bien, dicho lo
cual, ninguno de los mencionados señores ni ninguna otra persona me va a
encontrar sobre algunos hechos que vienen acaeciendo en la Semana Santa -y de
los que expongo mi personal e individual opinión- haciendo mofa de ellos por lo
bajinis. Tampoco me va a encontrar sacándolos a colación con la guasa y el
cachondeíto tan propios en sectores de la Ciudad que se arrogan no sé qué
superioridad. Mucho menos en un jijijajá con el que piensa lo contrario a mí,
para luego abrazarlo y guiñar al que está a su espalda y es mi cómplice en el
regodeo, como diciendo “mira el carajote éste”. Nunca me va a encontrar
hablando en corrillos de bares, patios de círculos o trastiendas de tertulias
de tapadillo sobre el asunto. Es más, nunca me va a ver con cara de asco
–cabreo, tal vez; y mucho- o, mucho menos, de desprecio ante las aludidas
situaciones. Es probable que incluso en la conversación personal por mero
respeto y cortesía -¿Qué carajo es eso que algunos llaman ahora clase? ¿Sabrán
algo de eso?- no exprese francamente mis opiniones al respecto. Nunca en lo
particular o el chisme; siempre en lo general. Ahora, les puedo asegurar que
ante un papel, un teclado, un micrófono o una grabadora, y en sentido general,
sin particularizaciones hirientes y con el máximo respeto individual por cada
persona, ahí sí que me van a encontrar entero y sin dobleces. Por derecho,
siempre por derecho como los grandes pasos.”
Fotografía: Áureo Sanz Ruiz
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A uno, entera’o él:
“Lo de cani
universitario es la pura realidad y me lo apropio. No es otra cosa la
Universidad en España sino una fábrica de canis, más que nada porque los
primeros canis son la inmensa mayoría de sus profesores, casi todos adscritos a
la ideología dominante y políticamente correcta, tan cara al partido que les ha
puesto el pesebre.”
Fotografía: Áureo Sanz Ruiz
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A una, que no se enteraba:
“Yo no soy
culpable, de verdad, del nivel de comprensión oral o escrita de la sociedad. De
todas formas quiero disculparme por posibles repompeos, verborreas,
rebuscamientos o densidades -¡Adiós, Cervantes!-.”
Resumiendo:
“El problema puede que no
sea sólo el pueblo. A algunos un simple barrio les hace mucho más daño mental.
Hombre, a mí lo que me gustaría es que en el Grupo hubiera -aunque fueran
pocos- algunos que supieran la décima parte que yo sobre Sevilla y sus
cofradías. Más que nada para poder hablar de ciertos asuntos interesantes con
cierto nivel. Sobre todo porque desde hace cuarenta años sobre el particular
por leer –demasiado quizás- me he leído hasta el “Pograma de las Cofradías” de
arriba abajo. Pero me parece que como que no va a ser. Vamos, que hablo, desde
mi profundo amor por las cosas de la Ciudad – toda entera, sin particularismos
barriobajeros-, con todo el conocimiento de causa y con más razón que un santo.
Y que cortito me he quedado. Bastante corto para lo que está pasando. Y que se
me perdone la inmodestia pero no he sido yo el que ha puesto en cuestión el
conocimiento, gusto o pareceres de nadie en concreto. Ya vale.”
N.B. Como creo que el asunto no
merece ninguna representación gráfica –las imágenes, y también el sonido, bien
que los llevo grabados y se repiten para mi pesar y mortificación una Semana
Santa tras de otra- pongo para solaz y esparcimiento de la vista algo escogido
y bello de la singular y elegante arquitectura que aún disfrutamos en la Ciudad a pesar de las últimas
mamarrachadas micóticas o calatravescas y sus epígonos –metástasis más bien-
tan terriblemente feas para el espectador culto y cultivado artística y estéticamente,
como carísimas por lo que han costado para el contribuyente.
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