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sigue (6).
Entre las bandas militares más
afamadas y solicitadas de la época destacan las de los Regimientos de
Infantería “Granada” y “Soria”, una denominada en la prensa y los programas de
Artillería (que no era la montada del III Regimiento), la del IV Tercio de la
Guardia Civil (sin derivaciones a la charanga ni desviaciones céltico-galaicas)
y la famosísima de Ingenieros (que no sabemos si corresponde con la también
denominada de Zapadores y Minadores).
Como militar se puede considerar la
de La Cruz Roja: tropas de socorro (camilleros) bajo el mando de oficiales y
suboficiales y dependientes del Cuerpo de Sanidad Militar. Por su trayectoria y
subsistencia ya desvinculada de la milicia, se la podría considerar como el
nexo de unión con las civiles que comienzan ahora –principios del S.XX- a
aparecer. De lo que no cabe la menor duda es de que es la banda de cornetas y
tambores por antonomasia de Sevilla tanto por lo dilatado como por lo denso de
su presencia en las procesiones. Sus actuaciones abarcan las nueve primeras
décadas del S.XX como formación independiente para continuar luego agregada a
la de música y seguir hasta la actualidad. Era habitual encontrarla varias
veces durante la Semana Santa acompañando cofradías.
Desde finales del Ochocientos en que
se reorganiza bajo la tutela de la Hermandad la Centuria de Armaos de la
Macarena, la presencia de la banda de cornetas y tambores en la Madrugada es
constante y su fama año a año aumenta hasta cotas rayanas en lo mítico. A la
par, el resto de los grupos de armaos desaparece del panorama cofradiero, como
si la exclusividad que pretendía la cofradía de San Gil para la actuación de
sus armaos se extendiese al hecho de llevar dicho tipo de escolta, quedando el
reducido grupo del Santo Entierro –sin música que sepamos- y los intentos de
creación de su grupo de armaos por parte de la cofradía de San Juan de la Palma
con las bandas de La Policía Armada y La Giralda a mediados de siglo. De los
intentos recientes, loamos el propósito y obviamos comentar el resultado hasta
la fecha.
Excluyendo los casos de la sección de
cornetas y tambores de la banda de los Colegios de la Macarena -infantil y
perteneciente a una institución-, de la de Los Armaos -dependiente de una
cofradía- y la de La Unión Obrera –de oscuras noticias-, la primera civil y
particular es la banda que entre la segunda y tercera década del siglo pasado
forma Pepe El Tubero. En pocos años adquiere notoria popularidad, aunque
rastreando sus actuaciones éstas no sean tan numerosas como las de las más
populares bandas de guerra militares o las de La Cruz Roja.
Hijas de la banda de El Tubero son la
de “Nuestra Señora de los Reyes” y la de La Giralda. La primera, como heredera
directa, pues resulto de la enajenación por parte de Pepe El Tubero de su banda
a José Batista, en los años de la postguerra. La Giralda fue creada por Emilio
Villar, corneta de la de El Tubero, a finales de los años veinte o principio de
los treinta, y pronto adquirió gran notoriedad. Es decir la de El Tubero y la
de La Giralda se reparten la consideración y la fama entre las de cornetas
particulares.
Este es el panorama de formaciones de
cornetas y tambores del primer tercio del Novecientos en Sevilla. ¿Y las
composiciones? Pues lo que tocaban las bandas eran sencillísimas composiciones
–sencillo y simple no como sinónimos de pobre o de mala calidad, todo lo
contrario, al igual que ocurre con las muchas primitivas letras del flamenco
cargadas de excelsa poesía popular- propias de los instrumentos de la banda:
cornetas secas cortas y largas acompañadas del ritmo de los tambores.
Y es ahora cuando se va a introducir
una novedad revolucionaria: la corneta de llave, al parecer por el famoso
brigada Heliodoro Pulidoro de la no menos famosa banda de guerra de Ingenieros,
quizás la más popular entre las militares en la época. Ello conllevaba aumentar
las posibilidades sonoras del instrumento, de tal forma que las composiciones
adquirirán riqueza a base de voces, solos y requintos. Las marchas de estos
toques de corneta más sofisticados derivaban bien de marchas de paso ordinario
adaptadas a ritmo lento, bien de arreglos de composiciones famosas de música
culta o popular para interpretarlas con cornetas –incluidas las marchas de
procesión para banda completa con cornetas que comenzaron a aparecer en este
tiempo- pero también, por supuesto, se empezaron a componer piezas nuevas
creadas para las propias bandas de cornetas y tambores. Estas marchas -de las
que de algunas existe constancia en pizarras y vinilos; y de otras, no- puede
que se conserven en la memoria –aún nos resuenan a los que peinamos canas
antiguos toques que seríamos capaces de tararear- de viejos músicos de los que
sería preciso, como labor urgentísima, refrescar la memoria y grabar sus
melodías –de viva voz y grabando con un móvil- antes de que desparezcan.
Las dotaciones eran realmente cortas:
no más de veinte cornetas y en la batería de tambores no más de diez entre
cajas y bombos.
Mientras, en la vecina Málaga, se
está produciendo un hecho crucial: la eclosión artística de un genio de los
toques de cornetas y tambores. Efectivamente, Alberto Escámez López está
comenzando a componer marchas nuevas y a recrear toques antiguos que
revolucionarán el panorama musical de Sevilla en lo que respecta a este
apartado de la música procesional. La introducción de cuatro voces con las
cornetas de llave; una sentidísima inspiración; un exquisito gusto para la
composición y la adaptación; y un concepto del sonido y del registro de la
corneta, de sus límites, virtudes y defectos, en fin, acrisolado desde la
óptica del arte más depurado y los parámetros de la mejor música culta, van a
hacer que sus marchas –con las de Poyuelo y Zueco- adaptadas e interpretadas
por La Policía Armada se conviertan –junto con las de Montoya- una vez introducidas
las cornetas Do-Si bemol y toda la gracia de la tierra, en el paradigma de la
música procesional de paso de Cristo con toques de cornetas y tambores en
Sevilla. Pero esto entra dentro del siguiente tercio del Novecientos.
Continúa...
Publicado en la bitácora
“Patrimonio musical” en la entrada “¿Enseñar historia de la "Música de
Cristo?” del foro “La Música en los Pasos de Cristo. Música de Cristo." El
2 de Febrero de 2012 a las 21:32
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