A propósito del contenido del
“Chisporroteos” del tal José Cretario en “Pasión en Sevilla” del –ay- otrora
prestigioso “ABC de Sevilla”, aparecido el domingo 18-8-2013 y
“misteriosamente” inaccesible el lunes 19, con la respuesta que di a semejante
cretinez -o cretarinez, tal vez, no sé-.
Este es el comentario:
“Nada que ver con la procesión de la
Virgen de los Reyes de mayo. Esta sí fue masiva. Una periodista que cubría la
información se quedó sorprendida por dos riquezas, la de la sencillez y la del
ceremonial. Entre tanta perfección -la entrada de la Virgen vista desde la
Catedral es escalofriante- dos lunares: un fotógrafo aficionado en bañador
delante del paso y la banda del Ejército. Aparte de que toca poco y lejos, su
director demostró la sensibilidad de una almeja al tocar ante la Virgen «Las corsarias».”
Mi respuesta –ignoro en este momento
si fue publicada- a semejante bellaquería:
"Al final de la procesión de Nuestra
Señora de los Reyes y al paso de las tropas que le rendían honores -tradicionalmente una Compañía con Bandera, Escuadra, Banda y Música- fue
interpretada “Banderita”. Sin embargo la Compañía -del Arma de Artillería del
Ejército de Tierra- iba sin Bandera –ay, chacona, ay- pero con Escuadra –de
gastadores-, aunque la Banda –de guerra: cornetas y tambores- y la Música –banda
completa- fueran un totum revolutum y achicado de no sé qué Segunda Subinspección General del Ejército
con los restos del naufragio de la recordada “Soria” del famoso y antiquísimo
Regimiento de Infantería nª9.
Y aunque poco –nunca las bandas
militares tocaron mucho, ni las civiles coetáneas de la de “Soria”- y lejos
–donde manda el protocolo y orden de la procesión: donde siempre- lo que sonó a
paso ordinario al rendir honores, sí, fue el pasodoble –adaptado a marcha
militar- denominado “La Bandera” (o “Banderita”) de la comedia musical “Las Corsarias” con música de Francisco
Alonso López (Granada, 9-5-1887 / Madrid 19-5-1948) y letra de Enrique Paradas
y Joaquín Jiménez (“Los Chicos”) estrenada el 31-10-1919 en Madrid en el Teatro
“Martín”.
Inmediatamente tras su estreno se
popularizó. Madrid entero -y luego rápidamente España de un cabo a otro-,
emocionado –no en vano estaban en aquel momento muriendo soldados españoles por
su patria y bajo su bandera- empezó a cantarla en tascas y cafés. Hasta por la
calle se oían sus compases.
Y fue tarareada por las mismas tropas con
soldaditos de reemplazo que marchaban a la Campaña de África y hasta por el
propio Rey, S.M. Don Alfonso XIII, que llegó a confesar que la silbaba mientras
se afeitaba. Fue tal el éxito en aquellos trágicos momentos que al Maestro
Alonso se le concedió la Gran Cruz de Alfonso XII.
Esta es la letra –la música es de
sobra conocida-:
Allá
por la tierra mora
allá
por tierra africana
un
soldadito español
de esta
manera cantaba:
“Como
el vino de Jerez
y el
vinillo de Rioja
son los
colores que tiene
la
Banderita Española,
la
Banderita Española.
Cuando
estoy en tierra extraña
y
contemplo tus colores
y me
acuerdo de mi España
mira si
yo te querré.
Como el
vino de Jerez
y el
vinillo de Rioja
son los
colores que tiene
la
Banderita Española,
la
Banderita Española.”
Banderita
tú eres roja
Banderita
tú eres gualda
llevas
sangre, llevas oro
en el
fondo de tu alma.
Y el
día que yo me muera
si
estoy lejos de mi Patria
sólo
quiero que me cubran
con la
Bandera de España.
Banderita
tú eres roja
Banderita
tú eres gualda
llevas
sangre, llevas oro
en el
fondo de tu alma.
Y el
día que yo me muera
si
estoy lejos de mi Patria
sólo
quiero que me cubran
con la
Bandera de España.
Como pueden Vd. comprobar algo de lo
más apropiado para rendir honores a La que por Ella reinó el Rey que la silbaba
–y todos los Reyes de España-, Rey de un País por el que muchos españoles
estaban muriendo entonces en África, y murieron antes y morirían después en
otras ocasiones bajo su gloriosa Bandera, y por el que quizás algunos –cada vez
menos y así nos va- estén dispuestos hoy a defender su integridad y su honor
-que no son sino nuestra libertad, nuestra dignidad y nuestras haciendas- hasta
la muerte si fuera preciso, aunque sea políticamente incorrectísimo declararlo
y totalmente alejado del pensamiento único que nos avasalla. Además la marcha,
aparte bellísima –como mucha de nuestra música popular- pertenece al más
genuino acervo cultural del pueblo español: una última razón para tocarla.
Sí, efectivamente, hay gente con
sensibilidad de almejas. Algunas hasta escriben. Y también con cara de besugo.
Y con cerebro de merluza o merluzo. Y hasta que se distinguen por los lunares
–borrones y pisotones- como la lubina moteada o baila, tan clásica de nuestro
litoral. Y hasta que bailan –aunque sea de oídas- al son que más calienta que
es el de la corrección política más deleznable. Y otras que viven en charcas de
estulticia chapoteando en la ignorancia. Y como pirañas, las menos, con su
patria y sus costumbres. En fin, que hay gente pa’ to’. Pero unas más que
otras.
P.S. En ambiente popular como el
de unas fiestas patronales, corresponde a tan señalada ocasión no otra cosa que
el interpretar "Banderita" por una banda civil que ataca sus
emocionantes acordes. Ni más ni menos que nuestra querida de la Cruz Roja de
Sevilla, que tan buenos momentos nos ha hecho disfrutar en la calle tras
nuestros palios, haciendo alarde de una brillantísima banda de cornetas como
siempre ha tenido a gala. Y de fondo, la letra musitada por unos labios
femeninos inseguros pero llenos de calor, como homenaje al acervo cultural de
nuestra Patria que no logran ahogar, como la emoción que nos produce
constatarlo.
Con los ojos humedecidos: “Como el
vino de Jerez / y el vinillo de Rioja / son los colores que tiene / la
Banderita Española, / la Banderita Española. / Banderita tú eres roja /
Banderita tú eres gualda / llevas sangre, llevas oro / en el fondo de tu alma.
/ Y el día que yo me muera / si estoy lejos de mi Patria / sólo quiero que me
cubran / con la Bandera de España."
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