.. sigue (4).
Y comienza el Novecientos con la
presencia de las bandas de cornetas y tambores en nuestras procesiones como
formaciones independientes de las de música completa. De cómo y cuánto eran de
habituales, reconocidas y apreciadas sus participaciones en la Semana Santa nos
da la medida la aparición en piezas de música sinfónica –incluso ya en las
nuevas marchas procesionales para banda completa que se componen- de pasajes en
los que para describir el ambiente del paso de una cofradía o, simplemente,
dotar a la composición de aire cofradiero, se recrean los sones de las
popularísimas saetas pero también los toques de corneta.
Por supuesto que la banda también
desfilaba conjuntamente con la música interpretando composiciones, de las
cuales son una muestra los pasodobles militares o marchas de paso ordinario que
se empiezan a componer a finales de la anterior centuria a ésta para banda
completa con cornetas. Y no habrá que esperar mucho en el siglo que tratamos
para que aparezcan las primeras marchas lentas para procesión con la inclusión
de cornetas. Existe constancias de que ocasionalmente la sección de cornetas
tocaba una marcha propia a la par que callaba el resto de la música (lo que
hasta hace poco sucedía con la de la Cruz Roja de Sevilla).
De las militares –o bandas de guerra-
tenemos constancia de la existencia para prácticamente cada una de las Armas o
Cuerpos que tenían unidades con guarnición en Sevilla -Infantería, Artillería,
Ingenieros, Intendencia, Sanidad, Automovilismo, Aviación de Tablada, Guardia
Civil-; también de institutos armados –Policía Armada- o militarizados –tropas
de socorro de la Cruz Roja- que a lo largo del siglo participarán en los
desfiles procesionales y otros actos civiles, hasta convertirse en famosas
algunas de ellas. Pero también aparecen las civiles, como había sucedido en el
S.XIX con las completas.
¿Aquellos grupos de armaos que
pululaban por la Sevilla finisecular del Ochocientos acompañando cofradías
desde los más remotos tiempos y ahora revitalizados por el Romanticismo
montpenseriano y mantenidos en el Postromanticismo costumbrista y castizo, y
del que de uno de los cuales germinó la actual Centuria, llevaban cornetas y
tambores? Todo parece indicar que sí, pero algunos difusos testimonios nos
hacen pensar que serían muy, muy pocos instrumentos. ¿Cuatro, cinco cornetas?
¿Dos, tres tambores? Menos de los que luego compondrían las primeras cortas
bandas civiles. ¿Incluso más tambores que metal al estilo de lo de algunos
pueblos? Una corneta costaba mucho; tocarla, más. ¿Incluso reducidísimas
charangas? Pues bien, aunque su participación en otras cofradías es más próxima
en el tiempo, se puede considerar a la de cornetas y tambores de la Centuria de
Armaos de la Macarena como la más antigua –y hasta ayer tarde, ay, única- entre
las de su género.
Continúa...
Publicado en la bitácora
“Patrimonio musical” en la entrada “¿Enseñar historia de la "Música de
Cristo?” del foro “La Música en los Pasos de Cristo. Música de Cristo." El
30 de Noviembre de 2011 a las 00:37.
Excurso.
1º Sobre las bandas de guerra en
la música militar de España:
Los tambores: http://www.youtube.com/watch?v=jXC3D7n_VQg
Las cornetas: http://www.youtube.com/watch?v=JY_Za6CdQaE
El Tambor Mayor: http://www.youtube.com/watch?v=f9U7DoK7Hp4
Los Gastadores: http://www.youtube.com/watch?v=X9vGQW1VOvE
Los clarines (I): http://www.youtube.com/watch?v=KcBpv5reg5s
Los clarines (II): http://www.youtube.com/watch?v=IxtxWiEv_gA
2º Respuesta a las gratas
palabras encomiásticas de un lector y, más que nada, estupendo amigo:
“Gracias, Don Fulano, pero no es para
tanto, se lo digo de verdad. Le ha salido a Vd. una exageración muy flamenca y,
por eso, muy gallista –pero gallista de la parte de Rafael: genial y de los
Ortega no los Gómez, lo siento- salpicada de sentencias del más puro
intelectualismo belmontino y de los círculos de pensadores y artistas del
Regeneracionismo que frecuentaba. De cualquier forma, y reiterando mi
agradecimiento, preferiría que me invitara Vd. a una buena copa de Alfonso,
jerez oloroso seco, natural, naturalmente (¡Qué horror eso de poner el mejor
vino generoso del mundo frío como una Fanta, coño!). Otro abrazo.
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