A propósito del montaje subido al grupo de Facebook por un
amigo –cada día más enamorado de la Esperanza- sobre “¿Cómo está más guapa la Macarena?”
Igual
que ayer permanece.
Sale
poco de su casa.
Mas
cuando sale traspasa
la
muralla y la florece.
Tan
adornada, parece
una
novia en el balcón.
Su cara
y sus manos son
del
pueblo los aledaños.
Siempre alivia desengaños
esta Moza de San Gil,
que
dicen que por abril
cumple
diecinueve años.
Joaquín Caro Romero
Del Pregón
de la Semana Santa de Sevilla (9 de Abril de 2000)
No sé con qué está más guapa
la Esperanza Macarena,
si con el manto granate,
el de malla o el de hebrea,
el negro o el de tisú,
el blanco, el verde botella
o el que en terciopelo verde
bordara Esperanza Elena
para aquel glorioso mayo
de coronación y fiesta.
No sé con qué está más guapa
la Esperanza Macarena,
si con saya de volantes
o saya azul de princesa,
o saya de eucaristía,
o saya como bandera
hecha con tela de novia
y taleguilla torera.
Con medallas y rosarios
el cristal y el mármol sueñan
con latines en el coro,
incensarios y navetas.
El alfiler y el espejo
y el peine con que Se peina
se están preguntando siempre
cómo está más guapa Ella:
si en el camarín mirando
al que La mira y Le reza,
o entre la jardinería
de su paso en primavera,
o bajando a recibirnos
en el besamanos puesta.
No sé cómo está más guapa
la Esperanza Macarena,
si un sábado por la tarde
o un domingo de cuaresma,
si en la Madrugada grande
por la calle Anchalaferia
con fajín de general
aunque no estuvo en la guerra,
o cuando suena la Salve
en la Basílica llena.
Se va un siglo y viene otro,
pero Ella siempre se queda.
Y nosotros preguntando
con qué está más guapa Ella.
Y nadie sabe decirlo,
ni aproximarse siquiera
al concepto, a la medida,
al gusto y al teorema,
que todo lo que se pone
lleva su hermosura impresa.
Y vuelve loca a Sevilla
y con Sevilla, al planeta,
que la locura a su lado
es locura sin fronteras
y sabe que a la Esperanza
no hay nadie que no La quiera.
Se va un siglo y viene otro,
pero Ella siempre se queda.
Y nosotros preguntando
y soñando con la Reina
Madre de los macarenos
un sueño de madreperla,
un sueño de guardabrisa,
de entrevarales y cera;
un sueño de Amor y Gloria,
un sueño de Cielo y Tierra,
un sueño de Madrugada
cogido a la manigueta,
un sueño de avemaría
dentro de la parihuela.
Sé que si La sueño yo
es porque todos La sueñan,
como La soñó José
camino de Talavera,
como Muñoz y Pabón,
como Rodríguez Ojeda
o Inmaculada Rodríguez,
que Le puso en la cabeza
todo el oro de los ángeles
que Le puso en la cabeza
todo el oro de los ángeles
que Sor Ángela fundiera.
Se va un siglo y viene otro,
pero Ella siempre se queda,
que alumbró hace dos mil años
al Señor de la Sentencia
y parece que fue ayer
el parto de la Azucena.
Y ya el año dos mil,
con dos mil locuras nuevas,
que la lengua no se cansa
el parto de la Azucena.
Y ya el año dos mil,
con dos mil locuras nuevas,
que la lengua no se cansa
de pregonar su belleza,
sigo diciendo lo mismo,
lo que otros antes dijeran
y lo que dirán también
los que mañana La vean:
¡No sé cómo está más guapa
la Esperanza Macarena!
Joaquín Caro Romero
Del Pregón
de la Semana Santa de Sevilla (9 de Abril de 2000.
de un
enamoramiento,
por la
firme sentencia
de Amor
en nuestro encuentro.
Tú me quitas la pena
Al
mirarnos de frente
Ni tu
perfil me miente:
“Soy de
la Macarena”.
Después de mi patita pa’l banco, esta
columna clásica y estremecedoramente bella del irrepetible Don Antonio. Va por
Vds. Todos los que veneramos a esta Niña de San Gil que nos quita las penas al
verLe la cara y mirarnos de frente. ¡Stella Matvtina, ora pro nobis! ¡Tvrris
ebvrnea, ora pro nobis! ¡Domvs avrea, ora pro nobis¡ ¡Consolatrix afflictorvm,
ora pro nobis! ¡Cavsa nostrae leatitiae, ora pro nobis! ¡Virgo amantissima, ora
pro nobis! ¡Spes nostra, ora pro nobis!
No es preciso que te alaben
bella perla de San Gil
porque todo el mundo sabe
que de frente y de perfil
más buena Moza no cabe.
Como Tú
ninguna
Estrella
de la mañana
de
morena de juncal
y de
Gracia sevillana.
Pero
como Tú ninguna,
porque
Tú eres la Giralda
en
repique de alegría
por los
caminos del alba
y
también Torre del Oro
entre
espumas recamada,
y
Guadalquivir de encajes
con
orillas de esmeralda,
por que
en su cauce navegue
tu pena
de sal amarga.
Pero
como Tú ninguna,
porque
Tú eres la bandera
del
candor y la ternura,
en el
mástil de esta tierra
rincón
de amor y ventura,
y eres
su calle de cielo,
y eres
su plaza escondida,
y eres
cristal de sus fuentes,
y eres
luz de esquinas,
y eres
flor de sus jardines,
y eres
venda de su herida,
y eres
su escudo de gloria,
y eres
sangre de su vida,
y eres
árbol de su sombra,
y eres
rosa de su espina,
y eres
ala de su vuelo,
y eres
campana en su arista
y eres
perfume en su ambiente,
y eres
color de sus días,
y eres
copla en sus sentires,
y eres
su faro y su guía.
Por eso
a Ti, Macarena,
tallada
en jardín de brisas
con las
gubias celestiales
del
dolor y la sonrisa,
Te
hicieron la Soberana
de las
Legiones Divinas,
Te
coronaron de estrellas,
Te
proclamaron Bendita,
y Te
bajaron los ángeles
para
dejarTe en Sevilla.
Por eso
Reinas habrá,
pero
como Tú ¡Ninguna!
Antonio Rodríguez Buzón
Del
Pregón de la Semana Santa de Sevilla (11 de Marzo de 1956)
Y la cuarta pata, que tiene más mérito encontrarla porque servidor odia los pregones. El segundo Don Antonio, el inefable. Y había y habrá horteras –más que nada de la parte de “Madris” que tiene el ABC- que lo mienten de localista o inquinas que incluso le nieguen el derecho a ser de dónde diga y quiera. ¡Qué localismo más maravilloso! ¡Sea de donde Vd. quiera pero no deje de ser tan localistamente sevillano ni tan extraordinario escritor ni tan sentido poeta! Y por favor, sígale diciendo a Sevilla esas barbaridades tan localistas que Vd. le dice. ¡Jolín con los cosmopolitas, que por ellos hasta sin Semana Santa nos dejaban!
EL GOZO DE LA FUGACIDAD
Y a Ti,
La que está en San Gil,
junto
al Arco y la Muralla,
junto a
donde el mismo César
Te dejó
a un armao de guardia,
cuando
tengo que nombrarTe,
me
faltan ya las palabras.
Te iba a decir azucena,
Te iba a decir azucena,
iba a
decirTe espadaña,
iba a
decirTe repique,
iba a
decirTe campana.
Te iba a decir buganvilla,
Te iba a decir buganvilla,
Te iba
a decir jacaranda,
Te iba
a decir magnolia,
¿habrá
flor más sevillana?
Te iba a decir jazmín,
Te iba a decir jazmín,
y Te
iba a decir acacia,
nardo
pensaba decirTe
con
yerbabuena y albahaca
de los
verdes terciopelos
y el
merino de las capas,
San
Basilio en el recuerdo
de una
columna entre llamas.
Te iba a decir primavera,
Te iba a decir primavera,
Te iba
a decir Madrugada,
noche
pensaba decirTe
y Te
iba a decir alba;
Te iba
decir Luz divina
con la
carita cansada...
Así pensaba decirTe,
Así pensaba decirTe,
resplandor
de la mañana.
Te iba
a decir blanca toca
en el
zaguán de Sor Angela,
Salve
Regina en Alcázares
junto a
San Juan de la Palma,
Te iba
a decir calle Feria,
Te iba
a decir calle Parras,
Te iba
a decir Escoberos,
pensaba
decirTe lágrima,
iba a
decirTe sonrisa,
fugaz
belleza que pasa,
relámpago
de dulzura,
Gioconda
divinizada.
Iba a decirTe perfil
Iba a decirTe perfil
y leyenda
de una mancha.
Yo Te
iba a decir huerta,
y Te
iba a decir plaza,
Te iba
a decir Callejones,
y Te
iba a decir Gracia,
o quizá
sencillamente
iba yo
a decirTe: "¡Guapa!"
Iba a mirarTe... y no puedo:
Iba a mirarTe... y no puedo:
¿quién Te aguanta esa mirada?
Que no
se puede aguantar
la
belleza de tu cara...
Como
todo Te lo han dicho,
mi
silencio es el que habla,
pues
verás, Niña del Arco,
que hay
un nudo en mi garganta.
Y sólo tu Nombre,
Ése que todo lo alcanza,
como Te nombra Sevilla,
como tu barrio Te llama,
Y sólo tu Nombre,
Ése que todo lo alcanza,
como Te nombra Sevilla,
como tu barrio Te llama,
como un
viejo macareno:
¡mi
Virgen de la Esperanza!
Antonio Burgos Belinchón
Del
Pregón de la Semana Santa de Sevilla (9 de Marzo de 2008)
¡Dios Te salve Macarena,
Madre
de los sevillanos, paz y vida!
¡La que
alivia toda pena;
La que
cura con sus manos toda herida!
¡Dios Te salve, luz del cielo,
siempre
estrella y siempre aurora de bonanza!
¡La que
ampara todo anhelo;
La
divina sembradora de esperanza!
¡Dios Te salve, María,
Madre
de Gracia llena;
alma de
Andalucía,
sol de
la Macarena.
Joaquín Turina Pérez
Letra de Serafín y Joaquín Álvarez Quintero
Letra de Serafín y Joaquín Álvarez Quintero
Saeta en forma de Salve a la Virgen
de la Esperanza. Op. 60 (1930)
Eres
divina y humana,
rosa de
abril sin mancilla,
Esperanza
sevillana,
y, en
el cielo de Sevilla,
estrella
de la mañana.
Antonio Torres Montesinos
No hay comentarios:
Publicar un comentario