miércoles, 12 de febrero de 2014

Inspiración y retrospectiva. De lo profano a lo religioso y vuelta.







         Comentarios a propósito de una colección de Alta Costura y la evocación de la Semana Santa de Sevilla que traía.




-Mira la inspiración de Dolce & Gabanna para el invierno. ¿A qué te recuerda? 








-Fabulosa recreación. Me encanta. De súbito, me ha traído a las mientes: [...] 








[...] Primero –y deformación “profesional” de aficionado- los bordados menudos dieciochescos [...] 








[...] de raigambre rococó, [...] 








[...] que se transmutan [...] 








[...] en el Imperio [...] 

 






[...] –dejando la rocalla y tomando alguna greca; [...] 








[...] pero con la misma temática vegetal: el predominio de las flores sobre las hojas, [...] 








[...] es decir, de las florecillas sobre el acanto, [...] 








[...] de los ramos [...] 








[...] sobre el roleo- [...] 








[...] 








[...] 








[...] y que llegan [...] 








[...] -así lo quiero ver- [...] 








[...] hasta nuestro Isabelino. [...] 








[...] Bordados que se concentran en los bordes de mantolines [...] 








[...] en forma de esclavina para los San Juan Evangelista pasionarios, [...] 








[...] y que también decoran túnicas, estandartes y simpecados, y multitud de ornamentos sagrados textiles.
[...] 








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Después, se me apareció Audrey Hepburn en la primera secuencia de "Breakfast at Tiffany's" (1961) de Blake Edwars [...] 








[...] con el inigualable vestido largo, creación del elegantísimo Hubert De Gibenchy, [...] 








[...] y el maravilloso aderezo al cuello, delante del escaparate de la joyería contemplándose más que los diamantes a ella misma, [...] 








[...] justo antes de la hora del desayuno. [...] 








[...]
Al cabo, surgió el maestro: Cristóbal Balenciaga [...] 




Cristóbal Balenciaga. 1962. Vestido de cóctel en terciopelo liso de seda negra. Perteneció a Mrs. Charlton-Henry.




[...] y un inefable traje negro [...]




Cristóbal Balenciaga. 1962. Vestido de cóctel en terciopelo liso de seda negra. Perteneció a Mrs. Charlton-Henry.




[...] 




Cristóbal Balenciaga. 1962. Vestido de cóctel en terciopelo liso de seda negra. Perteneció a Mrs. Charlton-Henry.




[...] 




Cristóbal Balenciaga. 1962. Vestido de cóctel en terciopelo liso de seda negra. Perteneció a Mrs. Charlton-Henry.




de 1962. [...] 




Hubert De Givehchy. 1967.




[...]
Y algo me ronda la cabeza: alguna secuencia, [...] 




Manuel Pertegaz. 1978.
 



[...] alguna colección pero no conecto. Será cosa del alemán que me tiene loco. [...]








-Fabulosa recreación. Me encanta. De súbito, me ha traído a las mientes: 

          Primero –y deformación “profesional” de aficionado- los bordados menudos dieciochescos de raigambre rococó, que se transmutan en el Imperio –dejando la rocalla y tomando alguna greca; pero con la misma temática vegetal: el predominio de las flores sobre las hojas, es decir, de las florecillas sobre el acanto, de los ramos sobre el roleo- y que llegan –así lo quiero ver- hasta nuestro Isabelino. Bordados que se concentran en los bordes de mantolines en forma de esclavina para los San Juan Evangelista pasionarios, y que también decoran túnicas, estandartes y simpecados, y multitud de ornamentos sagrados textiles. 

          Después, se me apareció Audrey Hepburn en la primera secuencia de “Breakfast at Tiffany's” (1961) de Blake Edwards con el inigualable vestido largo, creación del elegantísimo Hubert De Gibenchy, y el maravilloso aderezo al cuello, delante del escaparate de la joyería contemplándose más que los diamantes a ella misma, justo antes de la hora del desayuno. 

          Al cabo, surgió el maestro: Cristóbal Balenciaga y un inefable traje negro de 1962. 

          Y algo me ronda la cabeza: alguna secuencia, alguna colección pero no conecto. Será cosa del alemán que me tiene loco.





-Lo que tengo claro es que estos dos han estado aquí en alguna Semana Santa.

-¿A que sí? ¿Son bordados o aplicación sobre la tela? Sí que les ha venido la inspiración a D&G. ¿Dónde? Parece talmente que han estado una "Noche del Jueves al Viernes Santo" en Sevilla como "Margot", la francesita enamorada de José Manuel, en la obra de Turina. Me meto otra vez en consulta que m'escapa'o y ya tengo a mis maris echas unos basiliscos.





-¡Buena clase de historia de la indumentaria!

-¡Qué va! Es sólo un comentario sobre los bordados. Sería auténtica lección si se refiriese a describir evolutivamente tipología, técnica –corte, costura- y materiales –textiles y otros-, haciendo en paralelo comentarios sobre modos sociales y acontecimientos políticos y artísticos coetáneos. Pero no tengo conocimientos suficientes, en particular técnicos, pues aunque en casa me transmitieron el amor por este Arte –menor o suntuario, dicen- no me desentrañaron sus rudimentos. 




-En la Semana Santa no sé, pero hay que ver cómo manejaba Don Cristóbal todos los registros de la vestimenta popular femenina -y masculina- española por antonomasia: la andaluza en sentido estricto -de Andalucía La Baja, o sea, La Bética-. Qué forma de recrear cortes, volantes, chaquetillas, velos, calzado y ese aire de natural elegancia de la mujer en el Bajo Guadalquivir , que pervive pese al embate de la vulgaridad rampante que padecemos. 





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