sábado, 1 de febrero de 2014

Onirismo real para comenzar la tercera (2013)

Peregrina Roris













PURA BELLEZA









La contemplé, quedo, al otro lado, 
entre trozos de claro 
y las sombras de las carretas 
que surcaban en pos de la luz del sol bajo: 
teclado de marfil y ébano de un grandioso órgano 
para la fuga en que se resuelve 
el campo de la Bética 
camino tras camino. 



Se había sumergido entre los trigos 
que cubrían sus últimos volantes. 
Y reposaba con un contrapposto de mármol itálico:
una mano que si en lo suave del talle, 
la otra que entre enjugando la calor 
o si parando el resplandor en la frente, 
y algún resuello que de vez en cuando estremecía levemente su figura. 



Brillaba el ocaso 
en lo que me parecía coto y mecida de hojas de su mirar. 



A contraluz, los rayos 
querían convertir espigas en cabezas de revoltosos querubes 
que la alzasen etérea hasta regiones empíreas: 
como un trono de dominación, virtud y potestad, 
un principado angelical de la Belleza. 
La sombra de su cuerpo los despedía, 
sin embargo, como una leve ráfaga 
y destellaban por entre percal, tiras y flecos en blancos y celestes. 
El perfil sereno, su pelo y la flor 
iban desprendiéndolos uno tras otro, chispeantes por docenas. 



Al fondo, el astro poniente rayaba el cielo 
cual se cruzan las alas seráficas, tal vez, 
que la estigmatizaran 
como señal apocalíptica de la Pureza llena de Gracia, 
mientras salpicaban el trigal 
acostado por la marea de la tarde 
puntadas de amapolas. 



Cegó la luz, miré y ya no estaba: 
lenta, inexorable, más que centenaria pasaba Triana.




                                                                                                                  Sevilla a 14 de Mayo de 2013.





Fotografía: Áureo Sanz Ruiz




         A las peregrinas de la Pontificia, Real, Imperial, Ilustre y Fervorosa Antigua Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Sevilla en Triana.


¡Viva el Arte! ¡Que viva la Gracia!
¡Viva Sevilla! ¡Que viva Triana!

¡Viva la Virgen del Rocío!

Regina Roris, ora pro nobis. 





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