miércoles, 29 de enero de 2014

Canem et circenses

Costaladas y Martillazos





Fotografía: Áureo Sanz Ruiz




          Comentario en “Pasión en Sevilla” a propósito del circo chabacano e irreverente que monta la gente del costal con los pasos de Cristo en determinadas cofradías, con la inestimable colaboración de las mal llamadas agrupaciones musicales –charangas en España de toda la vida- y las peor denominadas bandas de cornetas y tambores con no sé cuántos metales más. La deriva sin control hacia lo miarma, lo cani y el flamenqueo más barato: formas grotescas y estética cutre.

          Pero lo peor, lo más desolador y alarmante es la delectación con que ciertos tipos comentan, incluso teorizan, sobre la serie de actuaciones del peor gusto que se hacen en la actualidad llevando determinados pasos. Encima algunos de los personajes van como sacando pecho, autocomplacidos con la perpetración de semejantes disparatadas irreverencias y como si hubiesen creado algo sublime en la forma de trabajar con el costal en la Ciudad.





Fotografía: Áureo Sanz Ruiz
 








          “El panorama estético de la Semana Santa de Sevilla en estos últimos tiempos que corren –y en todas sus manifestaciones cultuales o artísticas- está como para seguir dándole a las mamarrachadas, bajunerías y zafiedades fuera de tono, contexto y lugar que padecemos con el costal en algunas cofradías.

          Vamos, vamos -que no decaiga- a seguir dándole al izquierdo para que nos terminemos de torcer y que todo esto se parezca cada vez más a la cabra de la Feria. Retocemos en el fango de la chabacanería, a ver si nos quedamos contentos de una vez. ¡Qué cruz! ¡Y que no haya ningún plumilla que le llame a las cosas por su nombre: camino de un carnaval grotesco!”






Fotografía: Áureo Sanz Ruiz




          Ahora que la airada respuesta de la complaciente hinchada “cofrade” del otrora popular y clásico Arrabal, desde ayer por la tarde reconvertido y mixtificada su esencia a lo más genuino de la nueva “filosofía” y “estética” miarma –tan comprensiva, aunque distinta, con lo cani- no tiene desperdicio cuando colgué el comentario en un grupo de una red social integrado primordialmente por hermanos, devotos o simples “simpatizantes” de la Antigua Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Sevilla en Triana. Así argüí  en la defensa de mis tesis:





Fotografía: Áureo Sanz Ruiz




          A algunos: 



          “Quiero expresar aquí mis más sinceras disculpas a los Señores Fulanito, Menganito y Zutanito o cualesquiera otros del Grupo “Tales de Cual” que se hayan podido sentir ofendidos personalmente por la exposición de hechos y el tenor de las opiniones vertidas en mi comentario. Escrito, por otra parte, donde no aparece la más mínima alusión individual a persona, grupo o asociación, y que se refiere a asuntos concretos particulares del general de la Semana Santa sin ningún tipo de individualización ni en el que conste una sola mención personal concreta. Las causas por las que se haya podido sentir aludido personalmente cada uno de ellos las desconozco y no era mi intención aludir a nadie en concreto. Reitero mis disculpas.”





Fotografía: Áureo Sanz Ruiz




          A los mismos: 



          “Sobre el contenido de los adjetivos y comentarios hacia mi persona en particular, se califican por sí solos y no merecen mayor atención, salvo el perdón de corazón por caridad cristiana.”





Fotografía: Áureo Sanz Ruiz




          Aclarando: 



          “Ahora bien, dicho lo cual, ninguno de los mencionados señores ni ninguna otra persona me va a encontrar sobre algunos hechos que vienen acaeciendo en la Semana Santa -y de los que expongo mi personal e individual opinión- haciendo mofa de ellos por lo bajinis. Tampoco me va a encontrar sacándolos a colación con la guasa y el cachondeíto tan propios en sectores de la Ciudad que se arrogan no sé qué superioridad. Mucho menos en un jijijajá con el que piensa lo contrario a mí, para luego abrazarlo y guiñar al que está a su espalda y es mi cómplice en el regodeo, como diciendo “mira el carajote éste”. Nunca me va a encontrar hablando en corrillos de bares, patios de círculos o trastiendas de tertulias de tapadillo sobre el asunto. Es más, nunca me va a ver con cara de asco –cabreo, tal vez; y mucho- o, mucho menos, de desprecio ante las aludidas situaciones. Es probable que incluso en la conversación personal por mero respeto y cortesía -¿Qué carajo es eso que algunos llaman ahora clase? ¿Sabrán algo de eso?- no exprese francamente mis opiniones al respecto. Nunca en lo particular o el chisme; siempre en lo general. Ahora, les puedo asegurar que ante un papel, un teclado, un micrófono o una grabadora, y en sentido general, sin particularizaciones hirientes y con el máximo respeto individual por cada persona, ahí sí que me van a encontrar entero y sin dobleces. Por derecho, siempre por derecho como los grandes pasos.”





Fotografía: Áureo Sanz Ruiz




          A uno, entera’o él: 



          “Lo de cani universitario es la pura realidad y me lo apropio. No es otra cosa la Universidad en España sino una fábrica de canis, más que nada porque los primeros canis son la inmensa mayoría de sus profesores, casi todos adscritos a la ideología dominante y políticamente correcta, tan cara al partido que les ha puesto el pesebre.”





Fotografía: Áureo Sanz Ruiz




          A una, que no se enteraba: 



          “Yo no soy culpable, de verdad, del nivel de comprensión oral o escrita de la sociedad. De todas formas quiero disculparme por posibles repompeos, verborreas, rebuscamientos o densidades -¡Adiós, Cervantes!-.”





Fotografía: Áureo Sanz Ruiz




          Resumiendo: 



          “El problema puede que no sea sólo el pueblo. A algunos un simple barrio les hace mucho más daño mental. Hombre, a mí lo que me gustaría es que en el Grupo hubiera -aunque fueran pocos- algunos que supieran la décima parte que yo sobre Sevilla y sus cofradías. Más que nada para poder hablar de ciertos asuntos interesantes con cierto nivel. Sobre todo porque desde hace cuarenta años sobre el particular por leer –demasiado quizás- me he leído hasta el “Pograma de las Cofradías” de arriba abajo. Pero me parece que como que no va a ser. Vamos, que hablo, desde mi profundo amor por las cosas de la Ciudad – toda entera, sin particularismos barriobajeros-, con todo el conocimiento de causa y con más razón que un santo. Y que cortito me he quedado. Bastante corto para lo que está pasando. Y que se me perdone la inmodestia pero no he sido yo el que ha puesto en cuestión el conocimiento, gusto o pareceres de nadie en concreto. Ya vale.”    





Fotografía: Áureo Sanz Ruiz




N.B. Como creo que el asunto no merece ninguna representación gráfica –las imágenes, y también el sonido, bien que los llevo grabados y se repiten para mi pesar y mortificación una Semana Santa tras de otra- pongo para solaz y esparcimiento de la vista algo escogido y bello de la singular y elegante arquitectura que aún  disfrutamos en la Ciudad a pesar de las últimas mamarrachadas micóticas o calatravescas y sus epígonos –metástasis más bien- tan terriblemente feas para el espectador culto y cultivado artística y estéticamente, como carísimas por lo que han costado para el contribuyente.





Fotografía: Áureo Sanz Ruiz
  




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