viernes, 10 de enero de 2014

Las Procesiones y las Bandas de Guerra (IV). Bosquejo histórico. Banda sola o con música, pero de cornetas solamente.




.. sigue (4).




          Y comienza el Novecientos con la presencia de las bandas de cornetas y tambores en nuestras procesiones como formaciones independientes de las de música completa. De cómo y cuánto eran de habituales, reconocidas y apreciadas sus participaciones en la Semana Santa nos da la medida la aparición en piezas de música sinfónica –incluso ya en las nuevas marchas procesionales para banda completa que se componen- de pasajes en los que para describir el ambiente del paso de una cofradía o, simplemente, dotar a la composición de aire cofradiero, se recrean los sones de las popularísimas saetas pero también los toques de corneta.








          Por supuesto que la banda también desfilaba conjuntamente con la música interpretando composiciones, de las cuales son una muestra los pasodobles militares o marchas de paso ordinario que se empiezan a componer a finales de la anterior centuria a ésta para banda completa con cornetas. Y no habrá que esperar mucho en el siglo que tratamos para que aparezcan las primeras marchas lentas para procesión con la inclusión de cornetas. Existe constancias de que ocasionalmente la sección de cornetas tocaba una marcha propia a la par que callaba el resto de la música (lo que hasta hace poco sucedía con la de la Cruz Roja de Sevilla).








          De las militares –o bandas de guerra- tenemos constancia de la existencia para prácticamente cada una de las Armas o Cuerpos que tenían unidades con guarnición en Sevilla -Infantería, Artillería, Ingenieros, Intendencia, Sanidad, Automovilismo, Aviación de Tablada, Guardia Civil-; también de institutos armados –Policía Armada- o militarizados –tropas de socorro de la Cruz Roja- que a lo largo del siglo participarán en los desfiles procesionales y otros actos civiles, hasta convertirse en famosas algunas de ellas. Pero también aparecen las civiles, como había sucedido en el S.XIX con las completas.








          ¿Aquellos grupos de armaos que pululaban por la Sevilla finisecular del Ochocientos acompañando cofradías desde los más remotos tiempos y ahora revitalizados por el Romanticismo montpenseriano y mantenidos en el Postromanticismo costumbrista y castizo, y del que de uno de los cuales germinó la actual Centuria, llevaban cornetas y tambores? Todo parece indicar que sí, pero algunos difusos testimonios nos hacen pensar que serían muy, muy pocos instrumentos. ¿Cuatro, cinco cornetas? ¿Dos, tres tambores? Menos de los que luego compondrían las primeras cortas bandas civiles. ¿Incluso más tambores que metal al estilo de lo de algunos pueblos? Una corneta costaba mucho; tocarla, más. ¿Incluso reducidísimas charangas? Pues bien, aunque su participación en otras cofradías es más próxima en el tiempo, se puede considerar a la de cornetas y tambores de la Centuria de Armaos de la Macarena como la más antigua –y hasta ayer tarde, ay, única- entre las de su género.






Continúa...




Publicado en la bitácora “Patrimonio musical” en la entrada “¿Enseñar historia de la "Música de Cristo?” del foro “La Música en los Pasos de Cristo. Música de Cristo." El 30 de Noviembre de 2011 a las 00:37.




Excurso.

1º Sobre las bandas de guerra en la música militar de España:

          Los tambores: http://www.youtube.com/watch?v=jXC3D7n_VQg

          Las cornetas: http://www.youtube.com/watch?v=JY_Za6CdQaE

          El Tambor Mayor: http://www.youtube.com/watch?v=f9U7DoK7Hp4

          Los Gastadores: http://www.youtube.com/watch?v=X9vGQW1VOvE

          Los clarines (I): http://www.youtube.com/watch?v=KcBpv5reg5s

          Los clarines (II): http://www.youtube.com/watch?v=IxtxWiEv_gA


2º Respuesta a las gratas palabras encomiásticas de un lector y, más que nada, estupendo amigo:

          “Gracias, Don Fulano, pero no es para tanto, se lo digo de verdad. Le ha salido a Vd. una exageración muy flamenca y, por eso, muy gallista –pero gallista de la parte de Rafael: genial y de los Ortega no los Gómez, lo siento- salpicada de sentencias del más puro intelectualismo belmontino y de los círculos de pensadores y artistas del Regeneracionismo que frecuentaba. De cualquier forma, y reiterando mi agradecimiento, preferiría que me invitara Vd. a una buena copa de Alfonso, jerez oloroso seco, natural, naturalmente (¡Qué horror eso de poner el mejor vino generoso del mundo frío como una Fanta, coño!). Otro abrazo. 





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