sábado, 4 de enero de 2014

San Isidoro: extranjero, me lo estaba temiendo. Y San Fernando

Plumillas moradas tirando a lila





          Respuesta a una de tantas melonadas que suelen aparecer en "Pasión en Sevilla" los domingos para terminar con mi solaz y esparcimiento en la Fiesta del Señor. Ésta sobre la Cofradía de las Tres Caídas de Triana y una antiquísima hermandad de la Virgen de la Esperanza con la que se unió en sus orígenes, siendo actualmente por agregación con una sacramental ni más ni menos que Hermandad del Santísimo Sacramento de la Real Parroquia de Señora Santa Ana en el famoso Arrabal, Guarda y Collación de Sevilla. Si no fuera por estos tan seguidos y afamados plumillas confieso que mi ignorancia sería supina, mi cultura un páramo y mi visión histórica totalmente trasnochada. Qué sería de mí sin estas aportaciones fundamentales al Cristianismo, el Pensamiento y la Cultura de Occidente.








          "Que “Con casi 600 años, tiene más edad que la propia España” ¿verdad?. Entonces ¿Leandro e Isidoro de dónde eran? ¿De Pernambuco? ¿Y Hermenegildo y Fernando, qué? ¿Reyes de Sián, quizás? ¿Y por qué se ponía Alfonso X El Sabio, Hispaniarum Rex? ¡Qué páramo cultural, Dios mío de mi vida! ¡Qué triste! Sería pa' jartarse de reír si reflejaran ignorancia y no la actuación de cotorras enseñadas a hablar –otra cosa distinta es pensar- en los horrendos medios de comunicación que padecemos en España impregnados de las más repugnantes consignas fabianas y masónicas.

          Por lo visto la unidad política como provincia romana de Hispania es pura ficción. Lo mismo que su independencia, también, como reino visigodo, Spania, que abarcaba sus límites naturales, toda la península -mal llamada después anacrónicamente Ibérica, que era Hispania- y algo más allá. Claro, así la invasión musulmana no habría conquistado España. Y la reconquista no habría sido tal, sino obra de los cristianos que eran mu', mu' malos, malísimos. Y así hasta la negación total de nuestra identidad política y cultural milenaria, mientras se da pábulo y carta de naturaleza a nacioncitas periféricas que jamás existieron como tales. ¡Y cuidado con contravenir el pensamiento único!








          Así venimos viviendo: majadería tras majadería hasta la más patética necedad. ¿Y la verdad? ¿Y el discernir sobre datos y hechos incontrovertibles? ¡Da igual, con tal de seguir en lo políticamente correcto! Todo sea contra España. España que, oh casualidad, es de cultura cristiana y católica. Así nos va. No me imagino a un francés diciendo que su país tiene los doscientos años de su Revolución aquí, por mu' mo'esno y progre que sea. No, ellos venga Galia para arriba y Reino Franco para abajo y venga todo lo demás. Y aunque en el Medievo estaban más fragmentados que nosotros, como ocurría en toda Europa, ellos consideran sobre todo la nación cultural. Y nosotros aquí tragándonos todas las más abyectas consignas de la repugnante casta dirigente que padecemos y ha copado los medios de comunicación y cultura, aun en contra de la más mínima lógica, del más elemental sentido histórico o de pertenencia a una cultura. ¡Pobre España!       




26/6/2102

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